El amor no muere accidentalmente; hay razones por las que poco a poco fue perdiendo la chispa y, aunque el enamoramiento haya sido muy fuerte en un principio, los malos sentimientos van superando los buenos.
Sea porque uno no está trabajando y el otro lo ve como una carga, las emociones que no expresas, entre otras cosas, pueden ir mellando la fortaleza de una relación. Y es que, no tiene nada que ver de si se quiere o no, la cuestión es que si no se hablan esas cosas puede ser una bomba de tiempo.
Muchas veces también nos consideramos perfectos, que no cometemos errores y solo vemos las equivocaciones del otro, pero eso solo demuestra la falta de humildad que existe en ti dentro de la relación.
Reconoce estos tres malos hábitos que pueden estar destruyendo tu relación y busca la forma de solucionar esos problemas:
Culpa: Se nos facilita ver todo lo malo que está haciendo nuestra pareja, pero ¿te has puesto a pensar has estado haciendo mal? Quítale los ojos a él por un rato, y mírate en el espejo. ¿Estás siendo honesta contigo misma y tus miedos? Es hora de tomar responsabilidad de lo que has estado haciendo.
Mueve tu concentración lejos de tu mente y dentro de tu cuerpo, donde están tus verdaderos sentimientos. En lugar de evadirlos, piensa en lo que te están diciendo.
Emociones dolorosas como la ansiedad, depresión, culpa, vergüenza, enojo, soledad, celos y vacío, pueden ser una señal de que te estás abandonando… y no tiene nada que ver con tu pareja. En lugar de lidiar con el verdadero problema, le echas la culpa a la relación.
Abandono: Cuando dejas de cuidarte, al ignorar tus sentimientos (y juzgándote), te sentirás necesitada e insegura. Obviamente esto se verá reflejado en tu relación y podrías hasta echarle la culpa de estos sentimientos.
Entre más cuides de tu cuerpo y tu mente, menos sentirás el rechazo de los demás. Aunque no lo creas, el miedo nos puede obligar a hacer muchas cosas: destruirnos a nosotros mismos, lastimar a los que nos quiere, e incluso a sabotear una relación.
Una vez que te des cuenta de tus verdaderos sentimientos, podrás expresarlos y, de ser posible, encontrar una solución al problema.
Control: La mayoría de las personas entran a una relación con 2 miedos: el miedo al rechazo y el medo al compromiso. Mientras que se sienten más poderosas en una relación, realmente son el resultado de varias experiencias de tu infancia y pubertad.
¿Cuál es nuestra supuesta solución a esos miedos? Tomar el control. Te volverás enojona y exigente con tu pareja; le pedirás más mensajes, más llamadas, más salidas, más detalles. Y, ¿por qué? Por miedo al rechazo o al compromiso.
Es un ciclo infinito que parece no tener solución, pero tienes que hacer énfasis en los buenos sentimientos que has experimentado gracias al amor, y no en los que te hacen sentir miedo del pasado y del futuro.
Sea porque uno no está trabajando y el otro lo ve como una carga, las emociones que no expresas, entre otras cosas, pueden ir mellando la fortaleza de una relación. Y es que, no tiene nada que ver de si se quiere o no, la cuestión es que si no se hablan esas cosas puede ser una bomba de tiempo.
Muchas veces también nos consideramos perfectos, que no cometemos errores y solo vemos las equivocaciones del otro, pero eso solo demuestra la falta de humildad que existe en ti dentro de la relación.
Reconoce estos tres malos hábitos que pueden estar destruyendo tu relación y busca la forma de solucionar esos problemas:
Culpa: Se nos facilita ver todo lo malo que está haciendo nuestra pareja, pero ¿te has puesto a pensar has estado haciendo mal? Quítale los ojos a él por un rato, y mírate en el espejo. ¿Estás siendo honesta contigo misma y tus miedos? Es hora de tomar responsabilidad de lo que has estado haciendo.
Emociones dolorosas como la ansiedad, depresión, culpa, vergüenza, enojo, soledad, celos y vacío, pueden ser una señal de que te estás abandonando… y no tiene nada que ver con tu pareja. En lugar de lidiar con el verdadero problema, le echas la culpa a la relación.
Abandono: Cuando dejas de cuidarte, al ignorar tus sentimientos (y juzgándote), te sentirás necesitada e insegura. Obviamente esto se verá reflejado en tu relación y podrías hasta echarle la culpa de estos sentimientos.
Entre más cuides de tu cuerpo y tu mente, menos sentirás el rechazo de los demás. Aunque no lo creas, el miedo nos puede obligar a hacer muchas cosas: destruirnos a nosotros mismos, lastimar a los que nos quiere, e incluso a sabotear una relación.
Una vez que te des cuenta de tus verdaderos sentimientos, podrás expresarlos y, de ser posible, encontrar una solución al problema.
Control: La mayoría de las personas entran a una relación con 2 miedos: el miedo al rechazo y el medo al compromiso. Mientras que se sienten más poderosas en una relación, realmente son el resultado de varias experiencias de tu infancia y pubertad.
¿Cuál es nuestra supuesta solución a esos miedos? Tomar el control. Te volverás enojona y exigente con tu pareja; le pedirás más mensajes, más llamadas, más salidas, más detalles. Y, ¿por qué? Por miedo al rechazo o al compromiso.
Es un ciclo infinito que parece no tener solución, pero tienes que hacer énfasis en los buenos sentimientos que has experimentado gracias al amor, y no en los que te hacen sentir miedo del pasado y del futuro.
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