La forma en la que duermen los hombres y las mujeres, de cómo este comportamiento cambia cuando ya comparten una cama y de porqué ellos son más felices durmiendo acompañados en comparación con ellas, fue objeto de investigación de la Universidad de Viena.
El estudio se titula "Diferencias sexuales en el reloj interno ante estimulaciones externas", en él se estudió el comportamiento al dormir de diez parejas heterosexuales durante nueve meses y se encontró que, al estar en compañía, las mujeres duermen peor que los hombres debido a que su reloj biológico funciona de manera diferente, reseñó el portal Terra Colombia.
Uno de los hallazgos encontrados fue que las mujeres consiguieron dormir mejor solas y los hombres tuvieron un sueño más tranquilo y recuperador cuando lo hicieron al lado de su pareja.
Esta investigación, dirigida por el biólogo John Dittami de la Clínica Médica y Neurológica de la Universidad de Viena, eligió a parejas entre los 21 y 31 años de edad que o comenzaban un matrimonio o no estaban casados ni tenían hijos, pero solían pasar las noches juntos.
La mujer lo padece
Al igual que estos investigadores, Susana Trumbley, de 31 años y Alejandro Ortiz, de 32 años, han hecho este experimento y comentaron en aquella charla que, al medir su calidad de sueño con una aplicación móvil, él siempre salía ganando, mientras que ella suele despertarse en las noches porque algunos movimientos de él la hacen interrumpir su descanso.
El estudio se titula "Diferencias sexuales en el reloj interno ante estimulaciones externas", en él se estudió el comportamiento al dormir de diez parejas heterosexuales durante nueve meses y se encontró que, al estar en compañía, las mujeres duermen peor que los hombres debido a que su reloj biológico funciona de manera diferente, reseñó el portal Terra Colombia.
Uno de los hallazgos encontrados fue que las mujeres consiguieron dormir mejor solas y los hombres tuvieron un sueño más tranquilo y recuperador cuando lo hicieron al lado de su pareja.
Esta investigación, dirigida por el biólogo John Dittami de la Clínica Médica y Neurológica de la Universidad de Viena, eligió a parejas entre los 21 y 31 años de edad que o comenzaban un matrimonio o no estaban casados ni tenían hijos, pero solían pasar las noches juntos.
La mujer lo padece
Al igual que estos investigadores, Susana Trumbley, de 31 años y Alejandro Ortiz, de 32 años, han hecho este experimento y comentaron en aquella charla que, al medir su calidad de sueño con una aplicación móvil, él siempre salía ganando, mientras que ella suele despertarse en las noches porque algunos movimientos de él la hacen interrumpir su descanso.
En el estudio, las parejas participantes estuvieron bajo observación 249 noches, de las cuales 123 durmieron en camas separadas; se analizó tanto la percepción subjetiva de los participantes sobre su manera de dormir, así como la calidad objetiva del sueño, proporcionada por datos de medición aportados por un sensor sujeto a la muñeca de los participantes que proporciona datos precisos sobre el ritmo del sueño.
En la mayoría de los casos la información arrojada coincidió con la propia impresión de las mujeres, que se mostraron más sensibles e inquietas ante la presencia de su pareja en la cama. En oposición, los hombres dormían mejor acompañados que solos. Al dormir con su pareja se produjo una mejoría tanto objetiva como subjetiva en la calidad del sueño en comparación con las noches en que los durmieron solos.
El estudio se apoya en otras investigaciones sobre el sueño, que sostiene que un 65% de las mujeres padecen de disfunciones al dormir, un mal que tiene sólo un 20% de los hombres.
De ahí esta tendencia moderna a que las parejas tengan habitaciones o camas separadas y se queden juntos cuando tienen sexo o cuando les apetece.
Por todo lo dicho, dormir juntos en un acto romántico, una costumbre, pero no necesariamente lo más eficaz para lograr un sueño repardor, sobre todo para las muejres. "No es falta de amor, es para dormir mejor", asegura Paula.
En la mayoría de los casos la información arrojada coincidió con la propia impresión de las mujeres, que se mostraron más sensibles e inquietas ante la presencia de su pareja en la cama. En oposición, los hombres dormían mejor acompañados que solos. Al dormir con su pareja se produjo una mejoría tanto objetiva como subjetiva en la calidad del sueño en comparación con las noches en que los durmieron solos.
El estudio se apoya en otras investigaciones sobre el sueño, que sostiene que un 65% de las mujeres padecen de disfunciones al dormir, un mal que tiene sólo un 20% de los hombres.
De ahí esta tendencia moderna a que las parejas tengan habitaciones o camas separadas y se queden juntos cuando tienen sexo o cuando les apetece.
Por todo lo dicho, dormir juntos en un acto romántico, una costumbre, pero no necesariamente lo más eficaz para lograr un sueño repardor, sobre todo para las muejres. "No es falta de amor, es para dormir mejor", asegura Paula.
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