Por increíble que parezca esta vela en teoría nunca se acaba y lo mejor de todo es que no es mucho mas costosa que una vela convencional. Las velas son parte importante de nuestras vida, esa luz romántica que no se deja atrapar ni se queda quieta por alguna razón nos causa fascinación, pero siendo honestos el comprar velas no es buen negocio para el planeta, el medio ambiente ni el bolsillo.
Benjamin Shine es el creador de este curioso invento. Consiste en un candelabro desmontable que contiene un filtro que a su vez sirve de soporte, un molde de plástico y la base. Sobre el filtro se coloca la vela, a medida que ésta se va gastando la cera derretida desciende por el molde de plástico, que junto con una mecha unida al filtro dará lugar a una nueva vela.
Es decir, con mucho que la vela se haya consumido, los restos te permitirán rehacerla y poder usarla una y otra vez. Sencillo, ingenioso, de diseño y ecológico.
Cuando una vela blanca arde se genera una combustión química. Lo que realmente arde no es la mecha de la vela sino la cera, que está hecha de parafina, que con el calor se funde y luego se evapora. Cuando la parafina en forma gaseosa entra en contacto con el oxígeno del ambiente se genera la llama. Producto de esta combustión se generan dióxido de carbono y agua.
Quemar una vela de parafina completa emite aproximadamente 125,2g de dióxido de carbono durante un periodo aproximado de tres horas.
Benjamin Shine es el creador de este curioso invento. Consiste en un candelabro desmontable que contiene un filtro que a su vez sirve de soporte, un molde de plástico y la base. Sobre el filtro se coloca la vela, a medida que ésta se va gastando la cera derretida desciende por el molde de plástico, que junto con una mecha unida al filtro dará lugar a una nueva vela.
Es decir, con mucho que la vela se haya consumido, los restos te permitirán rehacerla y poder usarla una y otra vez. Sencillo, ingenioso, de diseño y ecológico.
Cuando una vela blanca arde se genera una combustión química. Lo que realmente arde no es la mecha de la vela sino la cera, que está hecha de parafina, que con el calor se funde y luego se evapora. Cuando la parafina en forma gaseosa entra en contacto con el oxígeno del ambiente se genera la llama. Producto de esta combustión se generan dióxido de carbono y agua.
Quemar una vela de parafina completa emite aproximadamente 125,2g de dióxido de carbono durante un periodo aproximado de tres horas.
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La parafina se obtiene del petróleo durante el proceso de refinación. De hecho, es la última cosa que se extrae durante el proceso de refinación. El asfalto es lo segundo que se obtiene de ese producto y seguramente no quieres quemar una pila de asfalto dentro de tu casa.
Las emisiones de las velas en una cena romántica son similares a las emitidas por un vehículo diesel. Los contaminantes que dispersa pueden incluir tolueno, benceno, metiletilketona, naftaleno. El benceno y el tolueno están considerados como carcinógenos.
Las emisiones de las velas en una cena romántica son similares a las emitidas por un vehículo diesel. Los contaminantes que dispersa pueden incluir tolueno, benceno, metiletilketona, naftaleno. El benceno y el tolueno están considerados como carcinógenos.
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