El doctor Omeonga ha relatado a la revista 'Newsweek' el calvario que sufrió al padecer los efectos del mortal virus y cómo consiguió sobrevivir gracias al tratamiento experimental de Zmapp.
Todo comenzó el día en el que el director del hospital en el que trabajaba le comentó preocupado que había entrado en contacto con un hombre al que posteriormente se le diagnosticó ébola, pero al hacerse las pruebas el test dio negativo. Una semana después, empeoró y Omeonga comenzó a sentirse mal, le realizaron una nueva prueba diagnóstica y esta vez dio positivo. El director del hospital falleció y 15 trabajadores del centro estaban infectados. Nueve fallecieron y seis, incluido Omeonga, accedieron a probar la droga experimental Zmapp.
Tal y como se plasma en la entrevista, Omeonga describe los efectos del ébola como una experiencia "muy, muy mala". "Estás extremadamente débil, con fatiga intensa. No puedes hacer nada. Vomitas, tienes fiebre, diarrea y dolor de cabeza. No es como la malaria, porque ahí tú puedes caminar y tomar tus medicinas. El ébola es muy, muy distinto. Es como si tu cuerpo ya no te perteneciera", declaró.
Este cirujano fue uno de los tres médicos liberianos a los que se les permitió el acceso al Zmapp, el medicamento experimental que ayudó en la recuperación del misionero estadounidense Kent Brantly. En cuanto a ingerir un fármaco experimental, afirmo que "no estaba preocupado ya que no tenía otra opción, esta era mi única oportunidad para poder recuperarme y no morir".
En agosto, el cirujano fue declarado "limpio de ébola", pero aún se encuentra convaleciente. "He estado un mes y una semana en mi casa. Cada día me recupero considerablemente. Pero la recuperación es un proceso muy lento. Aún tengo dolor y las debilidades siguen ahí. Es difícil decir cuándo estaré completamente mejor. Nadie sabe realmente sobre la recuperación después del ébola porque el virus destruye todo en tu cuerpo", explica.
Asimismo, Omeonga asegura tener claro que cuando se recupere regresará al trabajo: "Atenderé las necesidades de los pacientes como siempre. Soy inmune al tipo de ébola con el que fui infectado. Este es el más mortífero, así que si eres inmune al más mortífero, a lo mejor puedes resistir el resto".
Todo comenzó el día en el que el director del hospital en el que trabajaba le comentó preocupado que había entrado en contacto con un hombre al que posteriormente se le diagnosticó ébola, pero al hacerse las pruebas el test dio negativo. Una semana después, empeoró y Omeonga comenzó a sentirse mal, le realizaron una nueva prueba diagnóstica y esta vez dio positivo. El director del hospital falleció y 15 trabajadores del centro estaban infectados. Nueve fallecieron y seis, incluido Omeonga, accedieron a probar la droga experimental Zmapp.
Tal y como se plasma en la entrevista, Omeonga describe los efectos del ébola como una experiencia "muy, muy mala". "Estás extremadamente débil, con fatiga intensa. No puedes hacer nada. Vomitas, tienes fiebre, diarrea y dolor de cabeza. No es como la malaria, porque ahí tú puedes caminar y tomar tus medicinas. El ébola es muy, muy distinto. Es como si tu cuerpo ya no te perteneciera", declaró.
Este cirujano fue uno de los tres médicos liberianos a los que se les permitió el acceso al Zmapp, el medicamento experimental que ayudó en la recuperación del misionero estadounidense Kent Brantly. En cuanto a ingerir un fármaco experimental, afirmo que "no estaba preocupado ya que no tenía otra opción, esta era mi única oportunidad para poder recuperarme y no morir".
En agosto, el cirujano fue declarado "limpio de ébola", pero aún se encuentra convaleciente. "He estado un mes y una semana en mi casa. Cada día me recupero considerablemente. Pero la recuperación es un proceso muy lento. Aún tengo dolor y las debilidades siguen ahí. Es difícil decir cuándo estaré completamente mejor. Nadie sabe realmente sobre la recuperación después del ébola porque el virus destruye todo en tu cuerpo", explica.
Asimismo, Omeonga asegura tener claro que cuando se recupere regresará al trabajo: "Atenderé las necesidades de los pacientes como siempre. Soy inmune al tipo de ébola con el que fui infectado. Este es el más mortífero, así que si eres inmune al más mortífero, a lo mejor puedes resistir el resto".
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