Es veneno pero podría ser una potencial arma natural para luchar contra el cáncer de mama. Científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, España han probado con éxito en cultivos de laboratorio una terapia basada en una sustancia proveniente del veneno de avispa que ha mostrado un poderoso efecto anticancerígeno.
Los hallazgos publicados en Journal of Controlled Release, refieren que los resultados de los experimentos ‘in vitro’ muestran que la sustancia se distribuye de forma adecuada dentro de las células tumorales y provoca su muerte, mientras que las células sanas, como los glóbulos rojos, permanecen a salvo.
El veneno de avispa “tiene la capacidad de formar poros en la membrana plasmática celular, penetrar dentro de la célula y, finalmente, provocar su muerte, ya sea por necrosis o desencadenando apoptosis, una destrucción celular programada”, comentó Miguel Moreno, autor principal de la investigación al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).
Sin embargo, precisó que debido a su alta toxicidad esta potente arma no se podría utilizar al natural sin afectar las células sanas del paciente, por lo que se ha diseñado un medio para transportar el péptido del veneno al tumor y hacer que se acumule de manera específica y controlada.
El sistema consiste en un polímero portador decorado con dos componentes: un péptido que se une a un receptor de las células tumorales; y el péptido citotóxico del veneno de avispa.
Aunque los resultados aún son preliminares, los autores del trabajo son muy optimistas sobre la investigación y el siguiente paso será comprobar su eficacia en ensayos in vivo en ratones. Confían en que este sistema antitumoral podría utilizarse en un futuro como terapia complementaria a las ya existentes.
Las avispas se distinguen de las abejas por su abdomen inferior puntiagudo y su estrecha “cintura” que se denomina pecíolo y separa el abdomen del tórax. Además, a diferencia de las abejas, las avispas pueden picar repetidas veces y sólo las hembras tienen aguijones. Tanto las abejas como las avispas pican sólo como defensa de ellas mismas ó de sus nidos. La mayoría de las picaduras se producen entre los meses de mayo y septiembre siendo julio y agosto los meses con mayor incidencia de picaduras debido a las altas temperaturas que ponen en gran actividad a estos insectos.
Fuente Holadoctor.com
Los hallazgos publicados en Journal of Controlled Release, refieren que los resultados de los experimentos ‘in vitro’ muestran que la sustancia se distribuye de forma adecuada dentro de las células tumorales y provoca su muerte, mientras que las células sanas, como los glóbulos rojos, permanecen a salvo.
El veneno de avispa “tiene la capacidad de formar poros en la membrana plasmática celular, penetrar dentro de la célula y, finalmente, provocar su muerte, ya sea por necrosis o desencadenando apoptosis, una destrucción celular programada”, comentó Miguel Moreno, autor principal de la investigación al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).
Sin embargo, precisó que debido a su alta toxicidad esta potente arma no se podría utilizar al natural sin afectar las células sanas del paciente, por lo que se ha diseñado un medio para transportar el péptido del veneno al tumor y hacer que se acumule de manera específica y controlada.
El sistema consiste en un polímero portador decorado con dos componentes: un péptido que se une a un receptor de las células tumorales; y el péptido citotóxico del veneno de avispa.
Aunque los resultados aún son preliminares, los autores del trabajo son muy optimistas sobre la investigación y el siguiente paso será comprobar su eficacia en ensayos in vivo en ratones. Confían en que este sistema antitumoral podría utilizarse en un futuro como terapia complementaria a las ya existentes.
Las avispas se distinguen de las abejas por su abdomen inferior puntiagudo y su estrecha “cintura” que se denomina pecíolo y separa el abdomen del tórax. Además, a diferencia de las abejas, las avispas pueden picar repetidas veces y sólo las hembras tienen aguijones. Tanto las abejas como las avispas pican sólo como defensa de ellas mismas ó de sus nidos. La mayoría de las picaduras se producen entre los meses de mayo y septiembre siendo julio y agosto los meses con mayor incidencia de picaduras debido a las altas temperaturas que ponen en gran actividad a estos insectos.
Fuente Holadoctor.com