Son novios, luego terminan. Vuelven a estar juntos. Rompen de nuevo. Este círculo vicioso es cada vez más común entre las parejas actuales, que parecen no darse cuenta que protagonizan una relación amorosa desastrosa, para nada sana.
“Hay personas que viven relaciones desastrosas, saben que viven relaciones desastrosas y aun así, no quieren separarse de esa relación desastrosa”, refiere el psicólogo valenciano Alberto Barradas sobre las relaciones tormentosas y las personas que parecen ser ‘adictas’ a ese tipo de sentimientos.
Si el contacto con tu pareja te hace sufrir, no te nutre emocionalmente y al final solo te genera rabia y tristeza, son signos de una relación desastrosa. “Cuando uno está inmerso en una relación que solo te produce sufrimiento pero que no puedes salir de ella, se llama ‘debilidad yoica’. Se entiende como fortaleza del yo o yoica, a la propiedad que tiene la personalidad de establecer límites y tener claro las consecuencias de los actos”, explica.
¿Si la relación solo trae sufrimiento, por qué no se puede salir de ella? Hay varios factores: dependencia, trauma y trastorno.
“Las relaciones desastrosas tienen una característica muy peligrosa: producen refuerzos cuando hay reconciliación y esto produce adicción. Muchas personas aguantan vejaciones, insultos, golpes en sus relaciones porque el terror al abandono es peor (…) Hay personas que por el hecho de tener una relación, no importa si esta no sirve. Su autoestima se basa en lo que se espera de ella”, asevera.
“Hay personas que se relacionan desde el conflicto. A veces es la única forma que tienen para ser el centro de atención o ser tomadas en cuenta”.
El sexo juega un papel fundamental en la reconciliación y el ‘entendimiento’ en este tipo de relaciones conflictivas, generando adicción. “El sexo es un catalizador de emociones que en las relaciones desastrosas produce un efecto de ‘calma la sed’ y da tregua en el conflicto (…) Porque es a través de él que se logra la reconciliación”, dice.
“Toda relación desastrosa tiene un componente pasivo agresivo: te agredo y luego pido perdón. Cuando se pide perdón, nace el refuerzo, que es un acto mediante el cual el individuo siente placer. Y cuando sucede esto, la persona repite la conducta para obtener de nuevo ese placer (…) El sexo, el pedir perdón y los regalos, son los refuerzos predilectos que muchas veces mantienen una relación así la misma sea un infierno”, sostiene Barradas, alertando que el peligro de estos refuerzos es que crean adicción, lo que hace imposible salir de esa relación desastrosa.
Alberto Barradas finaliza asegurando que “siempre que exista la combinación de fortaleza yoica, criterios claros y autoestima, no caerás nunca en una relación desastrosa”.
“Hay personas que viven relaciones desastrosas, saben que viven relaciones desastrosas y aun así, no quieren separarse de esa relación desastrosa”, refiere el psicólogo valenciano Alberto Barradas sobre las relaciones tormentosas y las personas que parecen ser ‘adictas’ a ese tipo de sentimientos.
Si el contacto con tu pareja te hace sufrir, no te nutre emocionalmente y al final solo te genera rabia y tristeza, son signos de una relación desastrosa. “Cuando uno está inmerso en una relación que solo te produce sufrimiento pero que no puedes salir de ella, se llama ‘debilidad yoica’. Se entiende como fortaleza del yo o yoica, a la propiedad que tiene la personalidad de establecer límites y tener claro las consecuencias de los actos”, explica.
¿Si la relación solo trae sufrimiento, por qué no se puede salir de ella? Hay varios factores: dependencia, trauma y trastorno.
“Las relaciones desastrosas tienen una característica muy peligrosa: producen refuerzos cuando hay reconciliación y esto produce adicción. Muchas personas aguantan vejaciones, insultos, golpes en sus relaciones porque el terror al abandono es peor (…) Hay personas que por el hecho de tener una relación, no importa si esta no sirve. Su autoestima se basa en lo que se espera de ella”, asevera.
“Hay personas que se relacionan desde el conflicto. A veces es la única forma que tienen para ser el centro de atención o ser tomadas en cuenta”.
El sexo juega un papel fundamental en la reconciliación y el ‘entendimiento’ en este tipo de relaciones conflictivas, generando adicción. “El sexo es un catalizador de emociones que en las relaciones desastrosas produce un efecto de ‘calma la sed’ y da tregua en el conflicto (…) Porque es a través de él que se logra la reconciliación”, dice.
“Toda relación desastrosa tiene un componente pasivo agresivo: te agredo y luego pido perdón. Cuando se pide perdón, nace el refuerzo, que es un acto mediante el cual el individuo siente placer. Y cuando sucede esto, la persona repite la conducta para obtener de nuevo ese placer (…) El sexo, el pedir perdón y los regalos, son los refuerzos predilectos que muchas veces mantienen una relación así la misma sea un infierno”, sostiene Barradas, alertando que el peligro de estos refuerzos es que crean adicción, lo que hace imposible salir de esa relación desastrosa.
Alberto Barradas finaliza asegurando que “siempre que exista la combinación de fortaleza yoica, criterios claros y autoestima, no caerás nunca en una relación desastrosa”.