Nos da sueño después de comer a causa del proceso de digestión que ocurre en nuestro organismo, el cuál demanda que la sangre se dirija a los vasos sanguíneos que se encuentran en el aparato digestivo, es decir estómago, intestinos, páncreas, hígado con el fin de procesar y absorber los nutrientes de los alimentos.
Todo este proceso por decirlo de alguna forma “cansa al organismo”, debido a que se está llevando un proceso que demanda energía.
¿Cómo evitar el “mal del puerco”?
- Incluye proteína en tu comida: Anteriormente habíamos hablado sobre como los carbohidratos nos duermen y las proteínas nos despiertan. Los alimentos ricos en proteínas (pollo, huevo, pescado, res) no estimulan la liberación de la misma cantidad de insulina que los carbohidratos y puede ayudar a evitar la somnolencia postprandial.
- Menos grasa, azúcar y comida: Evita alimentos fritos, empanizados, capeados, modera tu consumo de aderezos ricos en grasas. Prefiere preparaciones de fácil digestión como: asados, a la plancha, al vapor, empapelado. Además, siempre que sea posible, prefiere el agua natural y evita bebidas muy azucaradas. Si la porción servida es abundante, come una parte y guarda el resto para comerlo después.
- No te saltes el desayuno: el desayuno es la comida más importante del día, omitirla sólo provocará que tengamos más hambre y seamos propensos a ingerir grandes cantidades de alimentos a la hora de la comida.
- Camina: Después de comer, una ligera caminata de 15 minutos, ayudará a activarnos y reducirá la somnolencia. Tómate tu tiempo: Disfruta tus alimentos, come despacio, ya que comer deprisa hará que nuestra digestión sea lenta, además ingerimos aire que provocará una molesta hinchazón abdominal.
- Bebe una taza de té: Una taza de té de manzanilla, de lemon grass, de anís, de hinojo, de menta, de boldo o té rojo, ayudará a mejorar la digestión y evitar malestares gastrointestinales.
- Si tienes oportunidad, ¡duérmete!: el cansancio se acumula durante el día, y si en tu hora de descanso puedes tomar una siesta, hazlo, recarga energía con una siesta que no sea el resultado de una comida copiosa. Y algo importante, duerme sentado o reclinado, nunca acostado, para que no interfieras con el proceso digestivo.
Fuente: El Mañana
Todo este proceso por decirlo de alguna forma “cansa al organismo”, debido a que se está llevando un proceso que demanda energía.
¿Cómo evitar el “mal del puerco”?
- Incluye proteína en tu comida: Anteriormente habíamos hablado sobre como los carbohidratos nos duermen y las proteínas nos despiertan. Los alimentos ricos en proteínas (pollo, huevo, pescado, res) no estimulan la liberación de la misma cantidad de insulina que los carbohidratos y puede ayudar a evitar la somnolencia postprandial.
- Menos grasa, azúcar y comida: Evita alimentos fritos, empanizados, capeados, modera tu consumo de aderezos ricos en grasas. Prefiere preparaciones de fácil digestión como: asados, a la plancha, al vapor, empapelado. Además, siempre que sea posible, prefiere el agua natural y evita bebidas muy azucaradas. Si la porción servida es abundante, come una parte y guarda el resto para comerlo después.
- No te saltes el desayuno: el desayuno es la comida más importante del día, omitirla sólo provocará que tengamos más hambre y seamos propensos a ingerir grandes cantidades de alimentos a la hora de la comida.
- Camina: Después de comer, una ligera caminata de 15 minutos, ayudará a activarnos y reducirá la somnolencia. Tómate tu tiempo: Disfruta tus alimentos, come despacio, ya que comer deprisa hará que nuestra digestión sea lenta, además ingerimos aire que provocará una molesta hinchazón abdominal.
- Bebe una taza de té: Una taza de té de manzanilla, de lemon grass, de anís, de hinojo, de menta, de boldo o té rojo, ayudará a mejorar la digestión y evitar malestares gastrointestinales.
- Si tienes oportunidad, ¡duérmete!: el cansancio se acumula durante el día, y si en tu hora de descanso puedes tomar una siesta, hazlo, recarga energía con una siesta que no sea el resultado de una comida copiosa. Y algo importante, duerme sentado o reclinado, nunca acostado, para que no interfieras con el proceso digestivo.
Fuente: El Mañana