Hay momentos en el día en el que se extraña la compañía de aquellos que ya no están. Los domingos por la tarde, al despertar, cuando haces el súper o preparas comida para una persona, en los eventos importantes y trascendentes, en las fechas significativas que eran compartidas, en las actividades cotidianas y simples, la realidad te golpea y te das cuenta que donde eran dos, ya sólo hay uno.
Hay otros momentos en los que se extraña al que no ha llegado. Cuando miras a tu alrededor y parece que todo mundo está felizmente en pareja, los miras besándose apasionadamente en la calle y caminando tomados de la mano, los miras en los eventos sociales, en los “muros” de tus amistades, parece que la felicidad está en hacer pareja y familia, la realidad te golpea y te das cuenta que sólo eres uno.
A ratos no sientes la soledad y te entretienes bien entre el trabajo y las ocupaciones diarias (hay quien se incluye en mil actividades para no sentirla), sin embargo hay un punto en el que te das cuenta que las cosas no son cómo a ti te gustaría, que preferirías que esa persona estuviera contigo, que desearías estar un poco más acompañado y entonces se puede empezar a filtrar la tristeza, el desánimo, la sensación de desamparo, etc.
¿Qué hacer? No hay recetas, ni mejores, ni únicas formas, pero de principio te propongo trabajar en lo siguiente:
• Hacer una lista de esas cosas que te gustaría haber hecho pero que por estar acompañado no pudiste hacer, y si aún quieres y es posible, hacerlas.
• Es importante procurarse bienestar y cuidarse, pero a veces se nos olvida, por lo que hacer una lista de esas cosas que te gustan hacer y te hacen sentir bien no estaría de más (mantenla donde puedas verla).
• Descubrir nuevos intereses y actividades, hay un mundo de posibilidades allá afuera y en ti esperando ser explorado, ¡atrévete!
• Si ya sabes que cierta canción te pone mal, deja de oírla, si ya sabes que a cierta hora y cierto día te da el bajón ten preparada alguna una actividad para ese momento, si ya sabes que platicar con cierta persona te hace sentir mal, por el momento busca rodearte de personas que te hagan sentir mejor, etc.
• Disfruta a los que sí están, a tus amigos, a tu familia, a tus compañeros de trabajo, fomenta y procura las relaciones que ahora tienes en tu vida.
• Vivir aquí y ahora, en este momento en el que estas sólo tú, dejar de lado los “cuando fulanito estaba” (vivir en el pasado) o “si fulanita estuviera” o el “cuando tenga pareja” (vivir en el futuro). Obsérvate y si te cachas viviendo en el pasado o en el futuro, regresa a “aquí y ahora”.
• Plantéate preguntas que te permitan conocerte y entenderte en el tema de la soledad: ¿para ti que es la soledad? ¿por qué es tan importante para ti estar acompañado? ¿qué expectativas tienes al hacer tu vida con otros?
• Aprovecha el tiempo y los espacios que ahora tienes para conocerte mejor, a veces, el estar muy acompañado nos limita en mirarnos a nosotros mismos, nos hace ruido, nos distrae. Ahora tienes tiempo para dedicarlo a conocer, entender y amar a la única persona que estará contigo todos los días, todo el día, hasta el último día que eres tú. ¿Quién eres? ¿Qué te gusta? ¿Qué te hace sentir bien? ¿Qué planes tienes a futuro? ¿Cuáles son tus límites?
• Estamos muy acostumbrados a estar en compañía y muy poco con nosotros mismos, aprende a estar en tu
compañía, disfrútate, trabaja en ti mismo para ser una buena compañía de ti, sé el amigo o la persona especial que te gustaría tener por siempre en tu vida. No es tarea fácil, ni de un día para otro, requiere paciencia, conocimiento, compromiso y amor por uno mismo, exige plantearse la mejor versión de uno mismo y trabajar por ella, es todo un reto pero vale el esfuerzo.
• Asumir la soledad y los sentimientos que te genera.
• Acudir a terapia, acompañarse de un profesional nunca estará de más.
El otro día leía un artículo que hablaba sobre sentirse solo y sentirse desolado, y la verdad es que no es lo mismo, estar solo puede llegar a ser muy satisfactorio, agradable y necesario, pero resulta del trabajo con uno mismo y de las decisiones que se toman, decide hoy ser una buena compañía para ti mismo, te aseguro que lo vale.
Por Déborah Buiza G.
Hay otros momentos en los que se extraña al que no ha llegado. Cuando miras a tu alrededor y parece que todo mundo está felizmente en pareja, los miras besándose apasionadamente en la calle y caminando tomados de la mano, los miras en los eventos sociales, en los “muros” de tus amistades, parece que la felicidad está en hacer pareja y familia, la realidad te golpea y te das cuenta que sólo eres uno.
A ratos no sientes la soledad y te entretienes bien entre el trabajo y las ocupaciones diarias (hay quien se incluye en mil actividades para no sentirla), sin embargo hay un punto en el que te das cuenta que las cosas no son cómo a ti te gustaría, que preferirías que esa persona estuviera contigo, que desearías estar un poco más acompañado y entonces se puede empezar a filtrar la tristeza, el desánimo, la sensación de desamparo, etc.
¿Qué hacer? No hay recetas, ni mejores, ni únicas formas, pero de principio te propongo trabajar en lo siguiente:
• Hacer una lista de esas cosas que te gustaría haber hecho pero que por estar acompañado no pudiste hacer, y si aún quieres y es posible, hacerlas.
• Es importante procurarse bienestar y cuidarse, pero a veces se nos olvida, por lo que hacer una lista de esas cosas que te gustan hacer y te hacen sentir bien no estaría de más (mantenla donde puedas verla).
• Descubrir nuevos intereses y actividades, hay un mundo de posibilidades allá afuera y en ti esperando ser explorado, ¡atrévete!
• Si ya sabes que cierta canción te pone mal, deja de oírla, si ya sabes que a cierta hora y cierto día te da el bajón ten preparada alguna una actividad para ese momento, si ya sabes que platicar con cierta persona te hace sentir mal, por el momento busca rodearte de personas que te hagan sentir mejor, etc.
• Disfruta a los que sí están, a tus amigos, a tu familia, a tus compañeros de trabajo, fomenta y procura las relaciones que ahora tienes en tu vida.
• Vivir aquí y ahora, en este momento en el que estas sólo tú, dejar de lado los “cuando fulanito estaba” (vivir en el pasado) o “si fulanita estuviera” o el “cuando tenga pareja” (vivir en el futuro). Obsérvate y si te cachas viviendo en el pasado o en el futuro, regresa a “aquí y ahora”.
• Plantéate preguntas que te permitan conocerte y entenderte en el tema de la soledad: ¿para ti que es la soledad? ¿por qué es tan importante para ti estar acompañado? ¿qué expectativas tienes al hacer tu vida con otros?
• Aprovecha el tiempo y los espacios que ahora tienes para conocerte mejor, a veces, el estar muy acompañado nos limita en mirarnos a nosotros mismos, nos hace ruido, nos distrae. Ahora tienes tiempo para dedicarlo a conocer, entender y amar a la única persona que estará contigo todos los días, todo el día, hasta el último día que eres tú. ¿Quién eres? ¿Qué te gusta? ¿Qué te hace sentir bien? ¿Qué planes tienes a futuro? ¿Cuáles son tus límites?
• Estamos muy acostumbrados a estar en compañía y muy poco con nosotros mismos, aprende a estar en tu
compañía, disfrútate, trabaja en ti mismo para ser una buena compañía de ti, sé el amigo o la persona especial que te gustaría tener por siempre en tu vida. No es tarea fácil, ni de un día para otro, requiere paciencia, conocimiento, compromiso y amor por uno mismo, exige plantearse la mejor versión de uno mismo y trabajar por ella, es todo un reto pero vale el esfuerzo.
• Asumir la soledad y los sentimientos que te genera.
• Acudir a terapia, acompañarse de un profesional nunca estará de más.
El otro día leía un artículo que hablaba sobre sentirse solo y sentirse desolado, y la verdad es que no es lo mismo, estar solo puede llegar a ser muy satisfactorio, agradable y necesario, pero resulta del trabajo con uno mismo y de las decisiones que se toman, decide hoy ser una buena compañía para ti mismo, te aseguro que lo vale.
Por Déborah Buiza G.