Los ordenadores modernos son tan potentes que los ingenieros se enfrentan al problema de cómo alimentarlos con suficiente energía. El gigante de la informática IBM cree que la solución está en la llamada 'sangre electrónica'.
Los creadores de la 'sangre electrónica' se han inspirado en el cerebro humano, que es miles de veces más denso y eficiente que cualquier computadora moderna, gracias a que utiliza la misma red de vasos sanguíneos para la transmisión de calor y electricidad de forma simultánea. Esta nueva tecnología consiste en un líquido que se recarga con corriente eléctrica y se dirige al procesador de ordenador, enfriándolo y suministrándole la energía requerida simultáneamente.
El tamaño gigantesco de los superordenadores modernos se debe, en parte, al hecho de que una gran cantidad del calor que generan no permite colocar sus chips uno cerca del otro. Pero si estuvieran equipados con un sistema de refrigeración basado en líquido y alimentación eléctrica, se podrían colocar sus chips en tres dimensiones, lo que reducirá drásticamente el tamaño del sistema.
Hoy en día un superordenador capaz de realizar cuatrillón de operaciones por segundo ocupa una superficie de alrededor de medio campo de fútbol. IBM cree que mediante el uso de una arquitectura tridimensional con 'sangre electrónica' se podría reducir sus dimensiones a las de una computadora de escritorio.
Además, hoy casi la mitad de la energía que consume una computadora similar se destina a alimentar sistemas de refrigeración.
Aunque el uso de 'sangre electrónica' podrá tardar unas décadas en generalizarse, los científicos ya han demostrado su eficacia en laboratorio, informa el portal 'CNN Money'.
Los creadores de la 'sangre electrónica' se han inspirado en el cerebro humano, que es miles de veces más denso y eficiente que cualquier computadora moderna, gracias a que utiliza la misma red de vasos sanguíneos para la transmisión de calor y electricidad de forma simultánea. Esta nueva tecnología consiste en un líquido que se recarga con corriente eléctrica y se dirige al procesador de ordenador, enfriándolo y suministrándole la energía requerida simultáneamente.
El tamaño gigantesco de los superordenadores modernos se debe, en parte, al hecho de que una gran cantidad del calor que generan no permite colocar sus chips uno cerca del otro. Pero si estuvieran equipados con un sistema de refrigeración basado en líquido y alimentación eléctrica, se podrían colocar sus chips en tres dimensiones, lo que reducirá drásticamente el tamaño del sistema.
Hoy en día un superordenador capaz de realizar cuatrillón de operaciones por segundo ocupa una superficie de alrededor de medio campo de fútbol. IBM cree que mediante el uso de una arquitectura tridimensional con 'sangre electrónica' se podría reducir sus dimensiones a las de una computadora de escritorio.
Además, hoy casi la mitad de la energía que consume una computadora similar se destina a alimentar sistemas de refrigeración.
Aunque el uso de 'sangre electrónica' podrá tardar unas décadas en generalizarse, los científicos ya han demostrado su eficacia en laboratorio, informa el portal 'CNN Money'.