Es con lágrimas en los ojos que Denny cuenta cómo se despertó un día con una protuberancia del tamaño de una pelota de fútbol en la parte baja de su espalda.
No podía caminar o agacharse, y el dolor era intenso.
Denny, una abogada de 35 años, no tuvo que esperar a escuchar al médico para saber que su afección debía ser una secuela de la silicona líquida que se inyectó para aumentar sus nalgas.
La sustancia ya se había movido a su espalda y estaba haciendo presión sobre su columna.
"Fue un golpe terrible. No podía caminar. Así fue como empezó mi agonía", relata.
Las inyecciones en las nalgas son uno de los muchos procedimientos de cosmética a los que se suelen someter las mujeres en Venezuela para cumplir con los cánones de belleza de la sociedad.
No podía caminar o agacharse, y el dolor era intenso.
Denny, una abogada de 35 años, no tuvo que esperar a escuchar al médico para saber que su afección debía ser una secuela de la silicona líquida que se inyectó para aumentar sus nalgas.
La sustancia ya se había movido a su espalda y estaba haciendo presión sobre su columna.
"Fue un golpe terrible. No podía caminar. Así fue como empezó mi agonía", relata.
Las inyecciones en las nalgas son uno de los muchos procedimientos de cosmética a los que se suelen someter las mujeres en Venezuela para cumplir con los cánones de belleza de la sociedad.
Estas aplicaciones de silicona líquida fueron prohibidas por el gobierno de ese país en 2012, seis años después de que Denny se inyectara.
Pero hoy en día esta práctica continúa. Según la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica Reconstructiva Estética y Maxilofacial (SVCPREM), hasta un 30% de las mujeres entre los 18 y 50 años eligen estas inyecciones.
Y no se trata de una práctica exclusiva del género femenino. Los hombres también utilizan silicona líquida para aumentar los pectorales, aunque la estadística es menor.
Pero hoy en día esta práctica continúa. Según la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica Reconstructiva Estética y Maxilofacial (SVCPREM), hasta un 30% de las mujeres entre los 18 y 50 años eligen estas inyecciones.
Y no se trata de una práctica exclusiva del género femenino. Los hombres también utilizan silicona líquida para aumentar los pectorales, aunque la estadística es menor.
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