Según los primeros indicios, el avión desconectó uno de los sistemas de contacto automático que tiene la nave poco más de 40 minutos después de partir. Ese equipamiento informa a Boeing y a la fábrica de motores Rolls Royce el estado del vuelo y el comportamiento del aparato. Quince minutos después, y cuando el avión cruzaba la frontera entre Malasia y Vietnam, se apagó el “trasponder”, que es un sistema de comunicación automática con los controladores de las torres en tierra que indica velocidad, altitud y rumbo del avión entre otras especificaciones.
En el momento del corte de ese sistema de comunicación, el avión giró hacia la izquierda, al oeste. Si bien se perdió de los radares civiles, que sólo conectan con los sistemas a bordo, pudo ser seguido por los militares que rastrean desde tierra sin requerir vínculos electrónicos con la nave. Los datos indicaron que el MH370 se elevó por encima de la altura permitida para estas naves y luego bajo súbitamente para seguir a 1,500 metros sobre tierra, aparentemente intentando eludir ser rastreado por los sistema de control.
La alternativa de un secuestro ganó más cuerpo cuando las autoridades de Malasia revelaron que la computadora de navegación a bordo que sólo puede ser operada por el piloto y el copiloto, fue tecleada y se cambió el destino del aparato. Especialmente consultados por la prensa norteamericana y europea dijeron, el pasado fin de semana, que aun en caso de haber sido secuestrada la nave inevitablemente debió haberse estrellado al culminar su carga de combustible. El vuelo tenía autonomía por unas siete horas.
A las siete horas, justamente, un satélite capturó una señal de la máquina, pero según los investigadores eso no implicaba necesariamente que el avión no se hubiera estrellado. El aparato que envía la señal simplemente pudo haberse salvado de la destrucción y eso sería todo.
Si fuera obra de secuestradores, los especialistas son pesimistas sobre el destino del vuelo. Una máquina de esas características necesita una pista de al menos 2 kilómetros de extensión y en muy buenas condiciones. En caso de pretender ocultar el avión requeriría un gigantesco hangar. Todo eso sería visible para los satélites. Por lo demás, si el avión siguió hacia el norte en un viaje de siete horas, hubiera pasado sobre una auténtica red de vigilancia electrónica por los conflictos que se desarrollan en esa región.
Debido a que no hubiera podido ocultarse, investigadores aeroespaciales citados por The New York Times el pasado sábado, sostienen que el avión se habría estrellado inevitablemente al consumir su reserva de combustible. Aclararon que este tipo de máquinas no se desploma fácilmente ni entra en caída libre. Sucede sólo si se apagan sus motores. Los restos hallados en el Indico, señalarían que el avión efectivamente salió de su ruta. No es claro aún el motivo de ese cambio de rumbo.
En el momento del corte de ese sistema de comunicación, el avión giró hacia la izquierda, al oeste. Si bien se perdió de los radares civiles, que sólo conectan con los sistemas a bordo, pudo ser seguido por los militares que rastrean desde tierra sin requerir vínculos electrónicos con la nave. Los datos indicaron que el MH370 se elevó por encima de la altura permitida para estas naves y luego bajo súbitamente para seguir a 1,500 metros sobre tierra, aparentemente intentando eludir ser rastreado por los sistema de control.
La alternativa de un secuestro ganó más cuerpo cuando las autoridades de Malasia revelaron que la computadora de navegación a bordo que sólo puede ser operada por el piloto y el copiloto, fue tecleada y se cambió el destino del aparato. Especialmente consultados por la prensa norteamericana y europea dijeron, el pasado fin de semana, que aun en caso de haber sido secuestrada la nave inevitablemente debió haberse estrellado al culminar su carga de combustible. El vuelo tenía autonomía por unas siete horas.
A las siete horas, justamente, un satélite capturó una señal de la máquina, pero según los investigadores eso no implicaba necesariamente que el avión no se hubiera estrellado. El aparato que envía la señal simplemente pudo haberse salvado de la destrucción y eso sería todo.
Si fuera obra de secuestradores, los especialistas son pesimistas sobre el destino del vuelo. Una máquina de esas características necesita una pista de al menos 2 kilómetros de extensión y en muy buenas condiciones. En caso de pretender ocultar el avión requeriría un gigantesco hangar. Todo eso sería visible para los satélites. Por lo demás, si el avión siguió hacia el norte en un viaje de siete horas, hubiera pasado sobre una auténtica red de vigilancia electrónica por los conflictos que se desarrollan en esa región.
Debido a que no hubiera podido ocultarse, investigadores aeroespaciales citados por The New York Times el pasado sábado, sostienen que el avión se habría estrellado inevitablemente al consumir su reserva de combustible. Aclararon que este tipo de máquinas no se desploma fácilmente ni entra en caída libre. Sucede sólo si se apagan sus motores. Los restos hallados en el Indico, señalarían que el avión efectivamente salió de su ruta. No es claro aún el motivo de ese cambio de rumbo.