Roy Ortiz, un vecino de Colorado que el año pasado quedó atrapado en su automóvil durante una inundación en el condado de Broomfield, planea demandar al equipo de rescate esgrimiendo que tardaron demasiado en salvarle la vida.
"Por supuesto que estaba agradecido de que los buzos jugaran un papel importante salvando su vida aquel día" dice el abogado de Ortiz, Ed Ferszt, que, no obstante, acusa de negligencia a los socorristas, porque -esgrime- su cliente tuvo que permanecer dos horas en su coche volcado y lleno de agua fría, durante las fuertes inundaciones del pasado mes de septiembre.
Citado por el periódico 'Huffington Post', el abogado dice entender la indignación de la gente causada por la noticia sobre la demanda, pero sostiene que la salvación de la vida no excluye el hecho de la negligencia. Roy Ortiz aspira a recibir una indemnización de 500.000 dólares.
El mismo Ortiz, que es pastor de una iglesia, dice haber quedado traumatizado por el incidente y que se ve obligado a presentar una demanda porque tiene que pagar sus gastos médicos, que actualmente ascienden a unos 40.000 de dólares. "Bueno, yo soy feliz. Estoy muy feliz de estar vivo", sostiene Ortiz, si bien alega que, paralelamente, quiere defender sus derechos.
Ortiz trata de explicar que no es una mala persona y que su situación fue sacada totalmente fuera de contexto. "Mi nombre está siendo difamado [...]. La gente me conoce. Nunca he causado problemas", insiste.
"Por supuesto que estaba agradecido de que los buzos jugaran un papel importante salvando su vida aquel día" dice el abogado de Ortiz, Ed Ferszt, que, no obstante, acusa de negligencia a los socorristas, porque -esgrime- su cliente tuvo que permanecer dos horas en su coche volcado y lleno de agua fría, durante las fuertes inundaciones del pasado mes de septiembre.
Citado por el periódico 'Huffington Post', el abogado dice entender la indignación de la gente causada por la noticia sobre la demanda, pero sostiene que la salvación de la vida no excluye el hecho de la negligencia. Roy Ortiz aspira a recibir una indemnización de 500.000 dólares.
El mismo Ortiz, que es pastor de una iglesia, dice haber quedado traumatizado por el incidente y que se ve obligado a presentar una demanda porque tiene que pagar sus gastos médicos, que actualmente ascienden a unos 40.000 de dólares. "Bueno, yo soy feliz. Estoy muy feliz de estar vivo", sostiene Ortiz, si bien alega que, paralelamente, quiere defender sus derechos.
Ortiz trata de explicar que no es una mala persona y que su situación fue sacada totalmente fuera de contexto. "Mi nombre está siendo difamado [...]. La gente me conoce. Nunca he causado problemas", insiste.