Gracias a la proliferación de plataformas para el desarrollo de aplicaciones que se ofrecen desde el ciberespacio (lo que se conoce como the cloud y se traduce como la nube) por parte de empresas conocidas, como Salesforece.com, así como otras menos familiares como TrackVia y Mendix, los “programadores ciudadanos” pueden trabajar sin necesidad de recurrir a herramientas costosas.
Pero, ¿qué tipo de aplicaciones pueden crear?
Peter Khanna, director ejecutivo de TrackVia, dice que la mayoría son utilizadas por grupos de empleados cuyos números oscilan entre cinco y 25, y se concretan para satisfacer necesidades específicas desconocidas por los integrantes de la oficina técnica.
“La mayoría de las empresas invierte en el software de negocios que creen necesita el personal, pero después, cada departamento tiene que arreglárselas por sí mismo”, dice Khanna.
Comenta que sus clientes suelen elaborar aplicaciones que les permiten rastrear a personas, activos o proyectos, en vez de utilizar hojas de cálculos. También herramientas personalizadas para publicidad, para el departamento de RRHH, o para satisfacer requerimientos puntuales de una industria cuando las alternativas comerciales no existen.
Por ejemplo, John McGarvey, gerente de la empresa con sede en California DirecTV, proveedor de servicios de televisión satelital, utilizó TrackVia para desarrollar una aplicación que hace seguimiento a los muchos contratistas que tiene la compañía.
Señala que DirecTV ha probado productos disponibles en el mercado, pero ninguno era adecuado. “Los programas tienden a funcionar de una manera específica, por lo que se tiene que modificar la metodología de trabajo para adecuarse a ese funcionamiento. Si no, hay que reconfigurar la aplicación para que se adapte a tus procesos”.
Para evitar los riesgos de seguridad y de violación de regulaciones que pudieran surgir en una empresa debido a las actividades de estos individuos, Finley cree que los departamentos de tecnología deberían organizar programas para quienes quieran llevar adelante estas iniciativas.
Estos programas tendrían que ofrecer herramientas de trabajo aprobadas y también alguna opción para que los técnicos en la empresa puedan supervisar el trabajo de los “programadores ciudadanos”, de las aplicaciones que están haciendo y de la información que están utilizando y almacenando.
Ofrecer este servicio es trabajo adicional para el equipo que se encarga de la parte tecnológica de la compañía, pero a largo plazo, les evita tener que adquirir o desarrollar software que el personal necesitaría.
Fuente: BBC Mundo
Pero, ¿qué tipo de aplicaciones pueden crear?
Peter Khanna, director ejecutivo de TrackVia, dice que la mayoría son utilizadas por grupos de empleados cuyos números oscilan entre cinco y 25, y se concretan para satisfacer necesidades específicas desconocidas por los integrantes de la oficina técnica.
“La mayoría de las empresas invierte en el software de negocios que creen necesita el personal, pero después, cada departamento tiene que arreglárselas por sí mismo”, dice Khanna.
Comenta que sus clientes suelen elaborar aplicaciones que les permiten rastrear a personas, activos o proyectos, en vez de utilizar hojas de cálculos. También herramientas personalizadas para publicidad, para el departamento de RRHH, o para satisfacer requerimientos puntuales de una industria cuando las alternativas comerciales no existen.
Por ejemplo, John McGarvey, gerente de la empresa con sede en California DirecTV, proveedor de servicios de televisión satelital, utilizó TrackVia para desarrollar una aplicación que hace seguimiento a los muchos contratistas que tiene la compañía.
Señala que DirecTV ha probado productos disponibles en el mercado, pero ninguno era adecuado. “Los programas tienden a funcionar de una manera específica, por lo que se tiene que modificar la metodología de trabajo para adecuarse a ese funcionamiento. Si no, hay que reconfigurar la aplicación para que se adapte a tus procesos”.
Para evitar los riesgos de seguridad y de violación de regulaciones que pudieran surgir en una empresa debido a las actividades de estos individuos, Finley cree que los departamentos de tecnología deberían organizar programas para quienes quieran llevar adelante estas iniciativas.
Estos programas tendrían que ofrecer herramientas de trabajo aprobadas y también alguna opción para que los técnicos en la empresa puedan supervisar el trabajo de los “programadores ciudadanos”, de las aplicaciones que están haciendo y de la información que están utilizando y almacenando.
Ofrecer este servicio es trabajo adicional para el equipo que se encarga de la parte tecnológica de la compañía, pero a largo plazo, les evita tener que adquirir o desarrollar software que el personal necesitaría.
Fuente: BBC Mundo