Ponerse en forma es una de las metas más comunes de las personas cuando empieza un año. Ya sea perder un kilo, correr un maratón, perder 20 kilos o subir las escaleras sin cansarse. Cuando es hora de pasar la página al calendario las personas tienen en mente ser para la temporada que empieza, una mejor versión de sí mismos.
Esto es buenísimo, si de verdad la gente siguiese un programa. Pero la realidad es otra: Según un estudio de la University of Scranton, el 36% de los americanos dejan sus resoluciones en un mes, el 54 % las alarga por seis meses y sólo un 8 % permanece firme en sus resoluciones por todo un año.
Y si piensas que esto habla solo del universo americano, me parece a mí que es un ejemplo de lo que le pasa a muchas personas, vivan donde vivan. Porque si no fuese así, no serían las resoluciones de principio de año más populares, ¿cierto?
Y ¿por qué la gente no cumple sus propósitos de año nuevo?
Para Notelocomas, esto pasa por estas razones:
Se ponen metas no realistas: Piensan en rebajar en una semana o en un mes, lo que han pasado años engordando. Sólo en The Bigges Loser la gente pierde 5 kilos en una semana, y hacen de 4 a 6 horas o más de ejercicio diario, tienen la comida controlada 24/7 y no tienen obligaciones de la vida real como el resto de nosotros. Y con todo y eso, hasta a ellos a veces les cuesta bajar peso. Una pérdida de peso real debe estar entre dos kilos (para personas muy pesadas) a medio kilo semanal para que sea sana y sostenida. Y aceptar que a medida que perdamos más peso, más estrecho se va a hacer el camino.
Hacen cambios radicales: Claro que tienes que cambiar tu alimentación, y si de verdad eras de los que vivías en el mundo de la fritanga 24/7 y fríes hasta el agua que te tomas, cualquier cambio alimenticio te va a parecer radical. Pero la verdad es que la mayoría de las personas comen algo de vegetales, algunas veces han comido cereal, y lo que hay que hacer es organizarles las comidas, hacer cambios inteligentes (Como cambiar carbohidratos simples por complejos) y bajar el consumo de azúcar agregado. Pero si tu idea es pasar de comer pan con queso y pasta todos los días a sólo atún y lechuga, y dejar de lado miles de nutrientes, ahí te estás anotando en el menú del fracaso. Para que un cambio en una dieta se haga un hábito tiene que ser planeado y tienes que ir sacando de tu dieta cosas que no te hacen bien, y al mismo tiempo ir introduciendo cosas que si le sirven a tu cuerpo. No es dejar de comer, es comer inteligentemente.
Creen en Dietas Milagro: Si las dietas milagro funcionarían, pues casi que este blog no tuviese sentido. Es decir, ya todo el mundo estaría re flaco, en su peso ideal y con los abdominales marcados en tres días ¿cierto? Pero por eso es que las dietas milagro son lo más parecido a Pie Grande que existe: hay gente que dice que lo ha visto, pero no hay evidencia científica de que exista. Y ese es el issue. Puede que pierdas agua, y pues finísimo, pero sin crear hábitos tu cuerpo no aprenderá, y menos tu mente. Y cuando vuelvas a “atacar” alguno de tus antiguos vicios, prepárate para que tu cuerpo los absorba como si no hubiese un mañana. Y ahí, se acabó el “milagro”.
Quieren hacer mucho de una vez: Claro que el ejercicio es fundamental para perder peso, crear músculo, quemar grasas y tener a tono el sistema cardiovascular. Pero cuando la gente empieza a querer hacer en un día lo que no han hecho en años, se están anotando en ganar el maratón del fracaso. Tienes más posibilidades de lesionarte, de fastidiarte y de que te duelan hasta los oídos después de una sesión de ejercicio, lo que te alejará de volver a repetir la rutina al día siguiente. Si de verdad no has hecho nada en tu vida, se debe empezar poco a poco e ir aumentando en peso/intensidad/duración del ejercicio a medida que tu cuerpo vaya respondiendo favorablemente a los cambios. Nadie corre un maratón sin haber practicado.
No tener un plan: Pues eso es como lanzarse a la selva sin mapa. Si no sabes qué es lo que tienes que comer, cuándo comerlo, que ejercicio hacer, qué debo evitar y que comprar, no vas a lograr tus objetivos. Así de simple. Seguramente a los días caerás en viejos hábitos por falta de planificación y guía adecuada.
Y claro que no conseguir tus metas frustra. Son esos momentos en que de verdad pensamos “seré gordo toda mi vida” y comprarse pantalones más grandes se vuelve unos de los “To Do” de tus lista de actividades mensuales.
Y por eso es importante no volverse loco, empezar de a poco a poco, con objetivos claros y concisos, plan de vuelo y salvavidas a la mano, para que esas metas de principio de año no se repitan cada 31 de diciembre. Haz que este año sea la diferencia.
Fuente: inspirulina.com
Esto es buenísimo, si de verdad la gente siguiese un programa. Pero la realidad es otra: Según un estudio de la University of Scranton, el 36% de los americanos dejan sus resoluciones en un mes, el 54 % las alarga por seis meses y sólo un 8 % permanece firme en sus resoluciones por todo un año.
Y si piensas que esto habla solo del universo americano, me parece a mí que es un ejemplo de lo que le pasa a muchas personas, vivan donde vivan. Porque si no fuese así, no serían las resoluciones de principio de año más populares, ¿cierto?
Y ¿por qué la gente no cumple sus propósitos de año nuevo?
Para Notelocomas, esto pasa por estas razones:
Se ponen metas no realistas: Piensan en rebajar en una semana o en un mes, lo que han pasado años engordando. Sólo en The Bigges Loser la gente pierde 5 kilos en una semana, y hacen de 4 a 6 horas o más de ejercicio diario, tienen la comida controlada 24/7 y no tienen obligaciones de la vida real como el resto de nosotros. Y con todo y eso, hasta a ellos a veces les cuesta bajar peso. Una pérdida de peso real debe estar entre dos kilos (para personas muy pesadas) a medio kilo semanal para que sea sana y sostenida. Y aceptar que a medida que perdamos más peso, más estrecho se va a hacer el camino.
Hacen cambios radicales: Claro que tienes que cambiar tu alimentación, y si de verdad eras de los que vivías en el mundo de la fritanga 24/7 y fríes hasta el agua que te tomas, cualquier cambio alimenticio te va a parecer radical. Pero la verdad es que la mayoría de las personas comen algo de vegetales, algunas veces han comido cereal, y lo que hay que hacer es organizarles las comidas, hacer cambios inteligentes (Como cambiar carbohidratos simples por complejos) y bajar el consumo de azúcar agregado. Pero si tu idea es pasar de comer pan con queso y pasta todos los días a sólo atún y lechuga, y dejar de lado miles de nutrientes, ahí te estás anotando en el menú del fracaso. Para que un cambio en una dieta se haga un hábito tiene que ser planeado y tienes que ir sacando de tu dieta cosas que no te hacen bien, y al mismo tiempo ir introduciendo cosas que si le sirven a tu cuerpo. No es dejar de comer, es comer inteligentemente.
Creen en Dietas Milagro: Si las dietas milagro funcionarían, pues casi que este blog no tuviese sentido. Es decir, ya todo el mundo estaría re flaco, en su peso ideal y con los abdominales marcados en tres días ¿cierto? Pero por eso es que las dietas milagro son lo más parecido a Pie Grande que existe: hay gente que dice que lo ha visto, pero no hay evidencia científica de que exista. Y ese es el issue. Puede que pierdas agua, y pues finísimo, pero sin crear hábitos tu cuerpo no aprenderá, y menos tu mente. Y cuando vuelvas a “atacar” alguno de tus antiguos vicios, prepárate para que tu cuerpo los absorba como si no hubiese un mañana. Y ahí, se acabó el “milagro”.
Quieren hacer mucho de una vez: Claro que el ejercicio es fundamental para perder peso, crear músculo, quemar grasas y tener a tono el sistema cardiovascular. Pero cuando la gente empieza a querer hacer en un día lo que no han hecho en años, se están anotando en ganar el maratón del fracaso. Tienes más posibilidades de lesionarte, de fastidiarte y de que te duelan hasta los oídos después de una sesión de ejercicio, lo que te alejará de volver a repetir la rutina al día siguiente. Si de verdad no has hecho nada en tu vida, se debe empezar poco a poco e ir aumentando en peso/intensidad/duración del ejercicio a medida que tu cuerpo vaya respondiendo favorablemente a los cambios. Nadie corre un maratón sin haber practicado.
No tener un plan: Pues eso es como lanzarse a la selva sin mapa. Si no sabes qué es lo que tienes que comer, cuándo comerlo, que ejercicio hacer, qué debo evitar y que comprar, no vas a lograr tus objetivos. Así de simple. Seguramente a los días caerás en viejos hábitos por falta de planificación y guía adecuada.
Y claro que no conseguir tus metas frustra. Son esos momentos en que de verdad pensamos “seré gordo toda mi vida” y comprarse pantalones más grandes se vuelve unos de los “To Do” de tus lista de actividades mensuales.
Y por eso es importante no volverse loco, empezar de a poco a poco, con objetivos claros y concisos, plan de vuelo y salvavidas a la mano, para que esas metas de principio de año no se repitan cada 31 de diciembre. Haz que este año sea la diferencia.
Fuente: inspirulina.com