Está demostrado que hay situaciones que propician la inteligencia. Toma nota de 8 hechos que incrementan el coeficiente intelectual:
1. Comer chocolate
Un estudio reciente examinó que los países que más premios Nobel tienen en su haber son en realidad los que poseen mayor consumo de chocolate. La investigación, publicada en la prestigiosa revista médica “The New England Journal of Medicine”, coloca a Suiza a la cabeza del ranking. Le siguen los suecos y los daneses, altos consumidores de cacao.
2. Realizar gimnasia mental
Los neurobiólogos descubrieron que este órgano continúa su desarrollo durante toda la vida. Basándose en esa premisa, el profesor Richard Restak en su video educativo “Optimizing Brain Fitness” predica que se puede estimular la mente más allá de la edad y mejorar el rendimiento para enfrentar los desafíos cotidianos, resolver problemas y aprender cosas nuevas. De hecho, cuanto más aprendes, más circuitos de neuronas usas.
1. Comer chocolate
Un estudio reciente examinó que los países que más premios Nobel tienen en su haber son en realidad los que poseen mayor consumo de chocolate. La investigación, publicada en la prestigiosa revista médica “The New England Journal of Medicine”, coloca a Suiza a la cabeza del ranking. Le siguen los suecos y los daneses, altos consumidores de cacao.
2. Realizar gimnasia mental
Los neurobiólogos descubrieron que este órgano continúa su desarrollo durante toda la vida. Basándose en esa premisa, el profesor Richard Restak en su video educativo “Optimizing Brain Fitness” predica que se puede estimular la mente más allá de la edad y mejorar el rendimiento para enfrentar los desafíos cotidianos, resolver problemas y aprender cosas nuevas. De hecho, cuanto más aprendes, más circuitos de neuronas usas.
3. No ser “multi-tasking”
El requisito en casi todo currículum a la hora de conseguir un trabajo es, en realidad, un gran enemigo de la concentración y la inteligencia. Cuantas más labores simultáneas se intenta realizar, peor es el rendimiento y mayor la distracción, sin poder distinguir entre la información importante y la trivial.
De hecho, el concepto de hacer múltiples tareas o multi-tasking es un mito, ya que no se llevan adelante al mismo tiempo sino en forma sucesiva. Como el cerebro tiene dos hemisferios, solo puede hacer dos cosas a la vez.
4. Dormir bien
Seguro que te has quedado despierto más de una noche para rendir un examen. Sin embargo, existen evidencias científicas de que la privación de sueño atenta contra la inteligencia. De hecho, el insomnio perjudica al cerebro tanto como el alcohol, y disminuye su eficiencia y rendimiento.
Las siestas cortas de sólo 20 minutos son una gran oportunidad para recomponer los circuitos cerebrales, relajarse y bajar el estrés, mejorando la motricidad, la creatividad y la memoria.
5. Ser excéntrico
Esta cualidad es tan difícil de definir como de mensurar. Sin embargo, se consideran comportamientos extraños a los que escapan de las normas sociales establecidas, pero que, a diferencia de la locura, no perjudican a los individuos que los ejecutan. Ejemplos históricos muestran que la excentricidad está ligada a las personas creativas, pero también es una cualidad digna de los académicos. Entre los excéntricos más célebres se encuentran desde el pintor y científico Leonardo Da Vinci hasta el modista Yves Saint Laurent y la cantante Lady Gaga, todo referente en sus profesiones.
6. Ser zurdo
El cerebro se divide en dos hemisferios que poseen sus diferencias. Mientras que el izquierdo procesa la información analítica y secuencialmente, el derecho se asocia a la percepción global. Al igual que en el cerebro de muchos mamíferos, en los humanos siempre uno de estos hemisferios domina ligeramente al otro.
Algunos estudios señalan que quienes son zurdos poseen un coeficiente intelectual más alto, mientras otras investigaciones científicas resaltan que esta población tiene mejores resultados en las pruebas de capacidad, así como en la resolución de problemas.
7. El ateísmo
Un estudio realizado en 2008, que examinaba la relación entre la inteligencia y la fe religiosa mostró que las personas de mayor coeficiente intelectual (CI) tendían a ser ateos. Le seguían los agnósticos, los de creencias liberales y en último lugar, los creyentes fundamentalistas.
De hecho, el vínculo entre el CI y la religión ha sido ampliamente investigado, tanto en individuos como en sociedades y los países con habitantes menos propensos a creer en Dios presentaban mayores tasas de inteligencia de acuerdo con el CI, también conocido como IQ.
8. Ser feliz
En el pasado solía pensarse que el alto índice de inteligencia estaba vinculado a la depresión. Sin embargo, un reciente estudio realizado en el Reino Unido mostró que aquellos con menor coeficiente intelectual fueron más propensos a ser infelices que sus colegas más capaces.
Así, la investigación sugiere que son las características asociadas con la inteligencia y no la inteligencia en sí misma las que tienden a provocar los estados de desesperación. El trabajo desmitifica la idea del escritor Ernest Hemingway, quien dijo alguna vez: “La felicidad en la gente inteligente es la cosa más rara que conozco”.
Fuente: ehowenespanol.com
El requisito en casi todo currículum a la hora de conseguir un trabajo es, en realidad, un gran enemigo de la concentración y la inteligencia. Cuantas más labores simultáneas se intenta realizar, peor es el rendimiento y mayor la distracción, sin poder distinguir entre la información importante y la trivial.
De hecho, el concepto de hacer múltiples tareas o multi-tasking es un mito, ya que no se llevan adelante al mismo tiempo sino en forma sucesiva. Como el cerebro tiene dos hemisferios, solo puede hacer dos cosas a la vez.
4. Dormir bien
Seguro que te has quedado despierto más de una noche para rendir un examen. Sin embargo, existen evidencias científicas de que la privación de sueño atenta contra la inteligencia. De hecho, el insomnio perjudica al cerebro tanto como el alcohol, y disminuye su eficiencia y rendimiento.
Las siestas cortas de sólo 20 minutos son una gran oportunidad para recomponer los circuitos cerebrales, relajarse y bajar el estrés, mejorando la motricidad, la creatividad y la memoria.
5. Ser excéntrico
Esta cualidad es tan difícil de definir como de mensurar. Sin embargo, se consideran comportamientos extraños a los que escapan de las normas sociales establecidas, pero que, a diferencia de la locura, no perjudican a los individuos que los ejecutan. Ejemplos históricos muestran que la excentricidad está ligada a las personas creativas, pero también es una cualidad digna de los académicos. Entre los excéntricos más célebres se encuentran desde el pintor y científico Leonardo Da Vinci hasta el modista Yves Saint Laurent y la cantante Lady Gaga, todo referente en sus profesiones.
6. Ser zurdo
El cerebro se divide en dos hemisferios que poseen sus diferencias. Mientras que el izquierdo procesa la información analítica y secuencialmente, el derecho se asocia a la percepción global. Al igual que en el cerebro de muchos mamíferos, en los humanos siempre uno de estos hemisferios domina ligeramente al otro.
Algunos estudios señalan que quienes son zurdos poseen un coeficiente intelectual más alto, mientras otras investigaciones científicas resaltan que esta población tiene mejores resultados en las pruebas de capacidad, así como en la resolución de problemas.
7. El ateísmo
Un estudio realizado en 2008, que examinaba la relación entre la inteligencia y la fe religiosa mostró que las personas de mayor coeficiente intelectual (CI) tendían a ser ateos. Le seguían los agnósticos, los de creencias liberales y en último lugar, los creyentes fundamentalistas.
De hecho, el vínculo entre el CI y la religión ha sido ampliamente investigado, tanto en individuos como en sociedades y los países con habitantes menos propensos a creer en Dios presentaban mayores tasas de inteligencia de acuerdo con el CI, también conocido como IQ.
8. Ser feliz
En el pasado solía pensarse que el alto índice de inteligencia estaba vinculado a la depresión. Sin embargo, un reciente estudio realizado en el Reino Unido mostró que aquellos con menor coeficiente intelectual fueron más propensos a ser infelices que sus colegas más capaces.
Así, la investigación sugiere que son las características asociadas con la inteligencia y no la inteligencia en sí misma las que tienden a provocar los estados de desesperación. El trabajo desmitifica la idea del escritor Ernest Hemingway, quien dijo alguna vez: “La felicidad en la gente inteligente es la cosa más rara que conozco”.
Fuente: ehowenespanol.com