Si es un gran roncador, tiene sobrepeso y se siente agotado durante el día probablemente tenga apnea del sueño, un trastorno muy común que impide disfrutar de un sueño reparador durante la noche. Quien lo padece se queda sin respirar durante segundos de forma continuada mientras duerme. Las pausas pueden durar varios segundos, se producen de forma involutaria y son las que impiden conciliar un sueño profundo.
Se sabe que las personas con este problema, además de estar más cansados, tienen un mayor riesgo cardiovascular. Por eso, se les recomienda dormir con una mascarilla que libera una corriente constante de aire de baja presión llamada CPAP.
Este tratamiento consigue que duerman mejor, reduzcan su riesgo cardiovascular y también que estén más atractivos. No es solo una mejoría superficial como la que podría tener cualquier persona después de dormir bien una noche, sino cambios más profundos. Esta mejoría externa se ha documentado por primera vez en un estudio científico que demuestra cómo la terapia con este tipo de mascarillas consigue mejorar el aspecto exterior. Tras un tratamiento continuado de unos pocos meses, el rostro rejuvenecía, parecía más atractivo. Los usuarios de la mascarilla tenían menos enrojecimiento e hinchazón de la frente, aunque no consiguieron mejorar ni las ojeras ni las bolsas bajo los ojos.
Los resultados de esta investigación con 20 pacientes de mediana edad se publican en la revista «Journal of Clinical Sleep Medicine».
Más mascarillas y menos cirugía
El neurólogo Ronald Chervin, director del Centro de Desórdenes del Sueño de la Universidad de Michigan, cree que este estudio da a las personas con apnea un nuevo motivo para utilizar el sistema de mascarilla. Y, por otro lado, ofrece una terapia menos agresiva que la cirugía plástica para corregir el aspecto de cansancio por el que muchos recurren a la cirugía estética. Aunque la única alternativa para corregir las bolsas de los ojos sigue siendo el bisturí, inform ABC.es, en su portal.
Se sabe que las personas con este problema, además de estar más cansados, tienen un mayor riesgo cardiovascular. Por eso, se les recomienda dormir con una mascarilla que libera una corriente constante de aire de baja presión llamada CPAP.
Este tratamiento consigue que duerman mejor, reduzcan su riesgo cardiovascular y también que estén más atractivos. No es solo una mejoría superficial como la que podría tener cualquier persona después de dormir bien una noche, sino cambios más profundos. Esta mejoría externa se ha documentado por primera vez en un estudio científico que demuestra cómo la terapia con este tipo de mascarillas consigue mejorar el aspecto exterior. Tras un tratamiento continuado de unos pocos meses, el rostro rejuvenecía, parecía más atractivo. Los usuarios de la mascarilla tenían menos enrojecimiento e hinchazón de la frente, aunque no consiguieron mejorar ni las ojeras ni las bolsas bajo los ojos.
Los resultados de esta investigación con 20 pacientes de mediana edad se publican en la revista «Journal of Clinical Sleep Medicine».
Más mascarillas y menos cirugía
El neurólogo Ronald Chervin, director del Centro de Desórdenes del Sueño de la Universidad de Michigan, cree que este estudio da a las personas con apnea un nuevo motivo para utilizar el sistema de mascarilla. Y, por otro lado, ofrece una terapia menos agresiva que la cirugía plástica para corregir el aspecto de cansancio por el que muchos recurren a la cirugía estética. Aunque la única alternativa para corregir las bolsas de los ojos sigue siendo el bisturí, inform ABC.es, en su portal.