La familia de un adolescente autista canadiense recibió una ofensiva carta de una vecina anónima que se quejaba de que el menor hace ruido y les pide que cambien de barrio o que le practiquen la eutanasia, reporta el periódico 'La Presse Canadienne'.
A Maxwell Begley, un adolecente de 13 años de la ciudad de Oshawa, en la provincia de Ontario, Canadá, le diagnosticaron autismo cuando apenas tenía 2 años. Al muchacho le encanta jugar en el jardín de su abuela, que vive en la cercana localidad de Newcastle, donde pasa los veranos, pero una de las vecinas de la familia opina que "un niño con discapacidad no debe andar por un vecindario como el nuestro".
"Una madre enojada", como se autodenomina la autora, dejó debajo de la puerta de la abuela de Maxwell una carta dirigida a la madre del muchacho, Karla Begley, en la que se quejaba de que los ruidos "propios de un animal" que, según ella, emite Maxwell "asustan a los niños normales", añadiendo que "los llantos de los bebés y los ladridos de los perros son ruidos normales, pero el ruido que hace su hijo no lo es".
Texto completo en: actualidad.rt.com
A Maxwell Begley, un adolecente de 13 años de la ciudad de Oshawa, en la provincia de Ontario, Canadá, le diagnosticaron autismo cuando apenas tenía 2 años. Al muchacho le encanta jugar en el jardín de su abuela, que vive en la cercana localidad de Newcastle, donde pasa los veranos, pero una de las vecinas de la familia opina que "un niño con discapacidad no debe andar por un vecindario como el nuestro".
"Una madre enojada", como se autodenomina la autora, dejó debajo de la puerta de la abuela de Maxwell una carta dirigida a la madre del muchacho, Karla Begley, en la que se quejaba de que los ruidos "propios de un animal" que, según ella, emite Maxwell "asustan a los niños normales", añadiendo que "los llantos de los bebés y los ladridos de los perros son ruidos normales, pero el ruido que hace su hijo no lo es".
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