El estudio de la probable transmisión de humano a humano de una nueva cepa mortal de la gripe aviar que surgió en China este año ofrece la evidencia más clara hasta ahora de la capacidad de propagación del virus H7N9 entre personas. El estudio, dirigido por Chang-Jun Bao, del Centro chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, en la provincia de Jiangsu, analizó a dos pacientes, padre e hija, infectados con el virus H7N9 en China oriental en marzo de 2013.
Las cepas del virus aisladas a partir de las muestras tomadas de cada paciente eran "casi idénticas genéticamente", señala Bao, lo que sugiere que el virus se transmitió directamente de padre a hija.
La mayoría de los casos detectados hasta ahora se dieron en personas que habían visitado mercados de aves vivas o que habían estado en contacto con aves de corral vivas entre 7 y 10 días antes de caer enfermas.
Sin embargo, en este caso, la hija no tuvo ningún contacto conocido con aves de corral vivas, pero cuidó directamente a su padre en el hospital, desarrollando los mismos síntomas seis días después de su último contacto con él. La joven murió por un fallo multiorgánico el 24 de abril.
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Las cepas del virus aisladas a partir de las muestras tomadas de cada paciente eran "casi idénticas genéticamente", señala Bao, lo que sugiere que el virus se transmitió directamente de padre a hija.
La mayoría de los casos detectados hasta ahora se dieron en personas que habían visitado mercados de aves vivas o que habían estado en contacto con aves de corral vivas entre 7 y 10 días antes de caer enfermas.
Sin embargo, en este caso, la hija no tuvo ningún contacto conocido con aves de corral vivas, pero cuidó directamente a su padre en el hospital, desarrollando los mismos síntomas seis días después de su último contacto con él. La joven murió por un fallo multiorgánico el 24 de abril.
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