La empatía es una destreza básica de la comunicación interpersonal, ella permite un entendimiento sólido entre dos personas.
Es una habilidad de inferir los pensamientos y sentimientos de otros. Sirve para entablar relaciones sociales exitosas, con la familia, con los amigos, con los compañeros de trabajo, con los vecinos y hasta con los desconocidos.
La empatía se da en todas las personas en mayor o menor grado.
Está comprobado que la capacidad para la empatía empieza a desarrollarse en la infancia.
Existen obstáculos que dificultan la empatía
Tendencia a quitarle importancia a lo que le preocupa al otro e intentar ridiculizar sus sentimientos; escuchar con prejuicios y dejar que nuestras ideas y creencias influyan a la hora de interpretar lo que les ocurre.
Juzgar; ponerse como ejemplo por haber pasado por las mismas experiencias; intentar animar sin más, con frases como “ánimo en esta vida todo se supera”; dar la razón y seguir la corriente….Todo esto, lo único que hace es bloquear la comunicación e impedir que se produzca una buena relación empática.
Para el desarrollo de la empatía tendríamos que ser capaces de salir de nosotros mismos e intentar entrar en el mundo del otro.
Estrategias para desarrollar la empatía
1. Escuchar con la mente abierta y sin prejuicios; prestar atención y mostrar interés por lo que nos están contando, ya que no es suficiente con saber lo que el otro siente, sino que tenemos que demostrárselo; no interrumpir mientras nos están hablando y evitar convertirnos en un experto que se dedica a dar consejos en lugar de intentar sentir lo que el otro siente.
2. Habilidad de descubrir, reconocer y recompensar las cualidades y logros de los demás. Esto va a contribuir, no solamente a fomentar sus capacidades, sino que descubrirán también, nuestra preocupación e interés por ellos.
3. Hacer preguntas abiertas. Preguntas que ayudan a continuar la conversación y le hacen ver a la otra persona que estamos interesados por lo que nos está contando.
4. Avanzar lentamente en el diálogo, de esta forma estamos ayudando a la otra persona a que tome perspectiva de lo que le ocurre, dejamos que los pensamientos y sentimientos vayan al unísono y nos da tiempo de asimilar y reflexionar sobre el tema.
5. Procurar no herir con nuestros comentarios.
6. Ser respetuoso con los sentimientos y pensamientos de la otra persona y aceptar abiertamente lo que nos está contando.
7. Ser tolerantes y tener paciencia con los que nos rodean y con nosotros mismos.
8. Tratar de captar correctamente los significados de las conversaciones, de las ‘alertas’, de las quejas y las sugerencias.
Es una habilidad de inferir los pensamientos y sentimientos de otros. Sirve para entablar relaciones sociales exitosas, con la familia, con los amigos, con los compañeros de trabajo, con los vecinos y hasta con los desconocidos.
La empatía se da en todas las personas en mayor o menor grado.
Está comprobado que la capacidad para la empatía empieza a desarrollarse en la infancia.
Existen obstáculos que dificultan la empatía
Tendencia a quitarle importancia a lo que le preocupa al otro e intentar ridiculizar sus sentimientos; escuchar con prejuicios y dejar que nuestras ideas y creencias influyan a la hora de interpretar lo que les ocurre.
Juzgar; ponerse como ejemplo por haber pasado por las mismas experiencias; intentar animar sin más, con frases como “ánimo en esta vida todo se supera”; dar la razón y seguir la corriente….Todo esto, lo único que hace es bloquear la comunicación e impedir que se produzca una buena relación empática.
Para el desarrollo de la empatía tendríamos que ser capaces de salir de nosotros mismos e intentar entrar en el mundo del otro.
Estrategias para desarrollar la empatía
1. Escuchar con la mente abierta y sin prejuicios; prestar atención y mostrar interés por lo que nos están contando, ya que no es suficiente con saber lo que el otro siente, sino que tenemos que demostrárselo; no interrumpir mientras nos están hablando y evitar convertirnos en un experto que se dedica a dar consejos en lugar de intentar sentir lo que el otro siente.
2. Habilidad de descubrir, reconocer y recompensar las cualidades y logros de los demás. Esto va a contribuir, no solamente a fomentar sus capacidades, sino que descubrirán también, nuestra preocupación e interés por ellos.
3. Hacer preguntas abiertas. Preguntas que ayudan a continuar la conversación y le hacen ver a la otra persona que estamos interesados por lo que nos está contando.
4. Avanzar lentamente en el diálogo, de esta forma estamos ayudando a la otra persona a que tome perspectiva de lo que le ocurre, dejamos que los pensamientos y sentimientos vayan al unísono y nos da tiempo de asimilar y reflexionar sobre el tema.
5. Procurar no herir con nuestros comentarios.
6. Ser respetuoso con los sentimientos y pensamientos de la otra persona y aceptar abiertamente lo que nos está contando.
7. Ser tolerantes y tener paciencia con los que nos rodean y con nosotros mismos.
8. Tratar de captar correctamente los significados de las conversaciones, de las ‘alertas’, de las quejas y las sugerencias.