No es posible prevenir todos los casos de cáncer de esófago, pero el riesgo de padecer esta enfermedad se puede reducir significativamente al evitar ciertos factores de riesgo.
En Estados Unidos, los factores de riesgo asociados con el estilo de vida más importantes para el cáncer de esófago son el consumo de tabaco y de alcohol. Cada uno de estos factores por sí solos aumentan el riesgo de cáncer de esófago por muchas veces, y el riesgo es aún mayor si estos factores están combinados. Evitar el consumo de tabaco y alcohol es una de las mejores maneras de limitar su riesgo de cáncer de esófago.
También es importante consumir alimentos sanos y mantener un peso saludable. Una dieta con un alto consumo de frutas y verduras pudiera ayudar a proteger contra el cáncer de esófago. La obesidad se ha asociado con el cáncer de esófago, particularmente con el tipo de adenocarcinoma. Por lo tanto, la conservación de un peso saludable también pudiera ayudar a limitar el riesgo de padecer esta enfermedad.
Algunos estudios han encontrado que el riesgo de cáncer de esófago es menor en aquellas personas que toman aspirina u otros antiinflamatorios no esteroides (NSAID, nonsteroidal anti-inflammatory drugs), como el ibuprofeno. Sin embargo, tomar a diario estos medicamentos puede causar problemas, tal como daño renal y sangrado en el estómago. Por este motivo, la mayoría de los médicos no recomiendan el uso de estos medicamentos para tratar de prevenir el cáncer. Si está considerando el uso de un NSAID regularmente, usted primero debe consultar con su médico para conocer los riesgos y los beneficios potenciales.
Algunos estudios también han encontrado un menor riesgo de cáncer de esófago en pacientes con esófago de Barrett que toman un tipo de medicamento llamado estatinas. Las estatinas se usan para tratar altos niveles de colesterol, y el atorvastatin (Lipitor®) y el rosuvastatin (Crestor®) son ejemplos de estos medicamentos. Aunque tomar uno de estos medicamentos para reducir los niveles de colesterol, también puede ayudar a algunos pacientes a reducir el riesgo de cáncer de esófago, los médicos no recomiendan tomarlos para prevenir el cáncer. Estos medicamentos pueden causar efectos secundarios graves.
A las personas que tienen un riesgo aumentado de cáncer de esófago, como aquellas con esófago de Barrett, a menudo sus médicos les dan un seguimiento minucioso para determinar si hay signos de que las células que recubren el esófago se han vuelto más anormales (lea la sección “¿Se puede descubrir el cáncer de esófago en sus etapas tempranas?”). Si se descubre displasia (una afección precancerosa), el médico puede recomendar tratamientos para prevenir que el progreso del cáncer de esófago.
El tratamiento del reflujo puede ayudar a prevenir el esófago de Barrett y el cáncer de esófago. A menudo, el reflujo se trata con medicamentos llamados inhibidores de la bomba de protones (PPIs), tal como omeprazol (Prilosec®), lansoprazol (Prevacid®), o esomeprazol (Nexium®). La cirugía también es una opción para prevenir el reflujo.
Para las personas que ya tienen esófago de Barrett, el tratamiento con una alta dosis de PPI puede reducir el riesgo de desarrollar cambios celulares que pueden convertirse en cáncer (displasia). Consulte con su médico, si padece acidez estomacal crónica (o reflujo), ya que el tratamiento a menudo puede aliviar los síntomas y pudiera prevenir problemas futuros.
Fuente: cancer.org
En Estados Unidos, los factores de riesgo asociados con el estilo de vida más importantes para el cáncer de esófago son el consumo de tabaco y de alcohol. Cada uno de estos factores por sí solos aumentan el riesgo de cáncer de esófago por muchas veces, y el riesgo es aún mayor si estos factores están combinados. Evitar el consumo de tabaco y alcohol es una de las mejores maneras de limitar su riesgo de cáncer de esófago.
También es importante consumir alimentos sanos y mantener un peso saludable. Una dieta con un alto consumo de frutas y verduras pudiera ayudar a proteger contra el cáncer de esófago. La obesidad se ha asociado con el cáncer de esófago, particularmente con el tipo de adenocarcinoma. Por lo tanto, la conservación de un peso saludable también pudiera ayudar a limitar el riesgo de padecer esta enfermedad.
Algunos estudios han encontrado que el riesgo de cáncer de esófago es menor en aquellas personas que toman aspirina u otros antiinflamatorios no esteroides (NSAID, nonsteroidal anti-inflammatory drugs), como el ibuprofeno. Sin embargo, tomar a diario estos medicamentos puede causar problemas, tal como daño renal y sangrado en el estómago. Por este motivo, la mayoría de los médicos no recomiendan el uso de estos medicamentos para tratar de prevenir el cáncer. Si está considerando el uso de un NSAID regularmente, usted primero debe consultar con su médico para conocer los riesgos y los beneficios potenciales.
Algunos estudios también han encontrado un menor riesgo de cáncer de esófago en pacientes con esófago de Barrett que toman un tipo de medicamento llamado estatinas. Las estatinas se usan para tratar altos niveles de colesterol, y el atorvastatin (Lipitor®) y el rosuvastatin (Crestor®) son ejemplos de estos medicamentos. Aunque tomar uno de estos medicamentos para reducir los niveles de colesterol, también puede ayudar a algunos pacientes a reducir el riesgo de cáncer de esófago, los médicos no recomiendan tomarlos para prevenir el cáncer. Estos medicamentos pueden causar efectos secundarios graves.
A las personas que tienen un riesgo aumentado de cáncer de esófago, como aquellas con esófago de Barrett, a menudo sus médicos les dan un seguimiento minucioso para determinar si hay signos de que las células que recubren el esófago se han vuelto más anormales (lea la sección “¿Se puede descubrir el cáncer de esófago en sus etapas tempranas?”). Si se descubre displasia (una afección precancerosa), el médico puede recomendar tratamientos para prevenir que el progreso del cáncer de esófago.
El tratamiento del reflujo puede ayudar a prevenir el esófago de Barrett y el cáncer de esófago. A menudo, el reflujo se trata con medicamentos llamados inhibidores de la bomba de protones (PPIs), tal como omeprazol (Prilosec®), lansoprazol (Prevacid®), o esomeprazol (Nexium®). La cirugía también es una opción para prevenir el reflujo.
Para las personas que ya tienen esófago de Barrett, el tratamiento con una alta dosis de PPI puede reducir el riesgo de desarrollar cambios celulares que pueden convertirse en cáncer (displasia). Consulte con su médico, si padece acidez estomacal crónica (o reflujo), ya que el tratamiento a menudo puede aliviar los síntomas y pudiera prevenir problemas futuros.
Fuente: cancer.org