Este cuatro de julio, los estadounidenses celebran con bombo, platillo, y fuegos artificales la independencia adquirida en 1776; sin embargo, hay quienes no son tan felices con las estruendosas fiestas.
El ruido de los fuegos artificiales genera trastornos físicos y psíquicos a una gran cantidad de perros y gatos.
“Ese susto que muestran los animales al explotar los cohetes tiene que ver con una respuesta instintiva y natural de protegerse de truenos y rayos, que es el sonido que ellos perciben al estallar algún articulo de pirotecnia. Por esa razón buscan lugares oscuros y protegidos, según publica el sitioigualdadanimal.org.
Pero no todos los perros reaccionan de la misma manera durante un episodio de estrés.Hay algunos que tienen la tendencia de salir corriendo, otros producen salivación excesiva, vocalizaciones como ladridos, algunos otrostienden a ser destructivos y hay mascotas que presentan síntomas más graves como temblores, náuseas, insuficiencia respiratoria, taquicardia, vómitos y convulsiones.
Cabe señalar que los animales poseen un sentido del oído sumamente fino, agudo, refinado y muy sensible a los ruidos molestos, que equivaldría a una sensibilidad hasta cinco vedces mayor a la de los humanos.
Leer mas: noticias.univision.com
El ruido de los fuegos artificiales genera trastornos físicos y psíquicos a una gran cantidad de perros y gatos.
“Ese susto que muestran los animales al explotar los cohetes tiene que ver con una respuesta instintiva y natural de protegerse de truenos y rayos, que es el sonido que ellos perciben al estallar algún articulo de pirotecnia. Por esa razón buscan lugares oscuros y protegidos, según publica el sitioigualdadanimal.org.
Pero no todos los perros reaccionan de la misma manera durante un episodio de estrés.Hay algunos que tienen la tendencia de salir corriendo, otros producen salivación excesiva, vocalizaciones como ladridos, algunos otrostienden a ser destructivos y hay mascotas que presentan síntomas más graves como temblores, náuseas, insuficiencia respiratoria, taquicardia, vómitos y convulsiones.
Cabe señalar que los animales poseen un sentido del oído sumamente fino, agudo, refinado y muy sensible a los ruidos molestos, que equivaldría a una sensibilidad hasta cinco vedces mayor a la de los humanos.
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