Científicos descubrieron que los alérgenos del animal activan una vía específica del cuerpo, una vez que están ante la presencia de una toxina bacteriana común.
Esto desencadena en los alérgicos una gran respuesta inmune, causando síntomas como la tos, jadeo, estornudo y rinorrea.
“Hemos descubierto cómo la proteína de la alergia de gato activa las células inmunitarias del huésped”, le dijo Bryant a la BBC. “Al entender los mecanismos desencadenantes, sabemos que hay fármacos para otros trastornos, como sepsis, que posiblemente se podrían usar de una forma diferente para tratar o prevenir esta alergia”.
“El alérgeno del gato es particularmente difícil de evitar debido a que es una molécula ‘pegajosa’ que se lleva a todas partes en los zapatos y la ropa de la gente”, señaló el director de servicios clínicos de Allergy Uk, Maureen Jenkins.
“También se puede conseguir en una casa, en las paredes y techos, incluso pocos años después de que un gato ha dejado de vivir allí. Así que esta nueva información que identifica el receptor específico de interacción en el sistema inmune podría allanar el camino para tratamientos dirigidos a personas con enfermedad persistente, provocada por alérgenos de gato y, en el futuro, posiblemente de perro y ácaros del polvo en las casas”.
Las reacciones alérgicas ocurren cuando el sistema inmune exagera el peligro que percibe.
En vez de responder a un virus o una bacteria dañina, identifica erróneamente alérgenos, como la caspa de gato, y monta una respuesta inmune.
Fuente: BBC Mundo
Esto desencadena en los alérgicos una gran respuesta inmune, causando síntomas como la tos, jadeo, estornudo y rinorrea.
“Hemos descubierto cómo la proteína de la alergia de gato activa las células inmunitarias del huésped”, le dijo Bryant a la BBC. “Al entender los mecanismos desencadenantes, sabemos que hay fármacos para otros trastornos, como sepsis, que posiblemente se podrían usar de una forma diferente para tratar o prevenir esta alergia”.
“El alérgeno del gato es particularmente difícil de evitar debido a que es una molécula ‘pegajosa’ que se lleva a todas partes en los zapatos y la ropa de la gente”, señaló el director de servicios clínicos de Allergy Uk, Maureen Jenkins.
“También se puede conseguir en una casa, en las paredes y techos, incluso pocos años después de que un gato ha dejado de vivir allí. Así que esta nueva información que identifica el receptor específico de interacción en el sistema inmune podría allanar el camino para tratamientos dirigidos a personas con enfermedad persistente, provocada por alérgenos de gato y, en el futuro, posiblemente de perro y ácaros del polvo en las casas”.
Las reacciones alérgicas ocurren cuando el sistema inmune exagera el peligro que percibe.
En vez de responder a un virus o una bacteria dañina, identifica erróneamente alérgenos, como la caspa de gato, y monta una respuesta inmune.
Fuente: BBC Mundo