Los tratamientos contra las adicciones a las drogas suelen llevar un gasto económico altísimo y si no son seguidos al pie de la letra pueden significar una recaída y, junto con ello, un desgaste en las relaciones personales del círculo cercano al paciente.
Los cuestionamientos hacia estas terapias surgen de parte de quienes desean ver efectos inmediatos, por lo que muchas investigaciones han estado enfocadas en este ámbito. En ellas, se busca el modo de erradicar las adicciones de forma acelerada y sin significar una larga terapia donde se aísle al individuo.
Sin embargo, existen iniciativas que estarían dando resultados con animales y que prontamente podrían probarse con seres humanos.
Al menos así lo asegura Ronald Crystal, director del Departamento de Medicina Genética en el Weill Cornell Medical College de Nueva York. El profesional explicó que se utiliza un virus común en los resfríos y, tras su ingreso al torrente sanguíneo, propicia la generación de anticuerpos capaces de destruir la cocaína antes que llegue al cerebro, recoge The Daily Beast.
Los cuestionamientos hacia estas terapias surgen de parte de quienes desean ver efectos inmediatos, por lo que muchas investigaciones han estado enfocadas en este ámbito. En ellas, se busca el modo de erradicar las adicciones de forma acelerada y sin significar una larga terapia donde se aísle al individuo.
Sin embargo, existen iniciativas que estarían dando resultados con animales y que prontamente podrían probarse con seres humanos.
Al menos así lo asegura Ronald Crystal, director del Departamento de Medicina Genética en el Weill Cornell Medical College de Nueva York. El profesional explicó que se utiliza un virus común en los resfríos y, tras su ingreso al torrente sanguíneo, propicia la generación de anticuerpos capaces de destruir la cocaína antes que llegue al cerebro, recoge The Daily Beast.
Si bien esto podría significar que se anulen los efectos de la cocaína, existe preocupación por resguardar los impulsos de los cocainómanos que no se pueden controlar con una vacuna.
La puesta a prueba en 2010 de una vacuna de estas características sobre humanos, según un reporte atribuido a The Washington Post, motivó a que los individuos inoculados se desesperaran buscando variedades y dosis de cocaína que les permitieran sentir nuevamente los efectos.