Un nutriente de los tomates cocidos demuestra, en estudios de laboratorio, ser capaz de reducir el crecimiento o incluso eliminar las células de cáncer de próstata.
El equipo de Chopra Mridula, de la Universidad de Portsmouth (Gran Bretaña) ha analizado el papel del licopeno en el proceso, denominado angiogénesis, mediante el cual las células tumorales secuestran el suministro de sangre necesario para que las células tumorales crezcan. Los investigadores han visto que el licopeno -que es el componente que da al tomate su color rojo- era capaz de interferir en este proceso. El licopeno está presente en todas las frutas y verduras rojas, pero sus concentraciones son más elevadas en los tomates.
«Además, esta simple reacción química se produce con concentraciones de licopeno que se alcanzan con el consumo de tomates cocinados».
Tras estos resultados, que se publican en British Journal of Nutrition, han iniciado un estudio para verificar si se desencadena la misma reacción en el cuerpo humano.
El equipo de Chopra Mridula, de la Universidad de Portsmouth (Gran Bretaña) ha analizado el papel del licopeno en el proceso, denominado angiogénesis, mediante el cual las células tumorales secuestran el suministro de sangre necesario para que las células tumorales crezcan. Los investigadores han visto que el licopeno -que es el componente que da al tomate su color rojo- era capaz de interferir en este proceso. El licopeno está presente en todas las frutas y verduras rojas, pero sus concentraciones son más elevadas en los tomates.
Tras estos resultados, que se publican en British Journal of Nutrition, han iniciado un estudio para verificar si se desencadena la misma reacción en el cuerpo humano.