El cerebro necesita la décima parte de una caloría por minuto para sobrevivir. Cuando se concentra en resolver un problema, leer o practicar un juego de mesa, el gasto aumenta a 1.5 calorías por minuto.
Sin embargo lo verdaderamente importante es el consumo de glucosa, el auténtico combustible que proporciona energía de alto rendimiento; la materia gris emplea el 40% de esta sustancia presente en la sangre. De esta manera, cuando pensamos mucho las neuronas de los lóbulos frontales aceleran su metabolismo.