Diversos estudios del Consejo General de Odontólogos y Estomatólogos de España, concluyeron que el estrés y la tensión pueden provocar la ruptura de nuestros dientes a través del apretamiento y rechinamiento de las piezas dentarias (bruxismo).
“Existen diferentes maneras de controlar el bruxismo y es el dentista quien determina el tratamiento conveniente, uno de ellos es la colocación de una placa neuro-miorrelajante que actúa sobre los músculos de la cavidad oral y ayuda a aliviar el dolor" explicaron los expertos.
Los resultados de los estudios revelaron también que las personas que están sometidas a mucha presión laboral, en su mayoría, son afectadas por el bruxismo y el apretamiento crónico de los dientes.
De igual forma el estrés disminuye las defensas y la producción de saliva, dejando la boca seca. La saliva es el elemento protector de las caries, y sin ella los ácidos atacan directamente al esmalte, que es la capa natural de protección de los dientes
El bruxismo y el apretamiento pueden presentarse tanto de día como de noche y es durante el sueño profundo, cuando se debe tener más cuidado, ya que se pierde el control consciente de la fuerza que se genera al apretar y rechinar los dientes. A la larga, esto hace que las piezas dentales se desgasten y se fracturen.
“Existen diferentes maneras de controlar el bruxismo y es el dentista quien determina el tratamiento conveniente, uno de ellos es la colocación de una placa neuro-miorrelajante que actúa sobre los músculos de la cavidad oral y ayuda a aliviar el dolor" explicaron los expertos.Los resultados de los estudios revelaron también que las personas que están sometidas a mucha presión laboral, en su mayoría, son afectadas por el bruxismo y el apretamiento crónico de los dientes.
De igual forma el estrés disminuye las defensas y la producción de saliva, dejando la boca seca. La saliva es el elemento protector de las caries, y sin ella los ácidos atacan directamente al esmalte, que es la capa natural de protección de los dientes
El bruxismo y el apretamiento pueden presentarse tanto de día como de noche y es durante el sueño profundo, cuando se debe tener más cuidado, ya que se pierde el control consciente de la fuerza que se genera al apretar y rechinar los dientes. A la larga, esto hace que las piezas dentales se desgasten y se fracturen.
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