Heidi Knowles, una madre de 36 años que se había mudado desde La Florida a Washington, trató de vender su bebé de tres días de nacido para cuya transacción comenzó a pedir 500 dólares y luego subía y subía la propuesta hasta llegar a 5,000, informó el periódico The Columbian.
La policía del distrito de Columbia la arrestó luego que empleada de un restaurante Taco Bell, en el que anunció la venta del niño, llamara al 911 reportando la conducta de la madre.
Knowles que había sido arrestada anteriormente por otros delitos y enfrenta varias órdenes de detención, se acercó a una mujer en el establecimiento para ofrecerle la criatura en venta.
Fue presentada ayer martes en la Corte Superior del condado Clark y el juez Robert Lewis le fijó una fianza de 50,000 dólares. Ella recibe 540 del gobierno para ayudarla a mantener el hijo y para cupones de alimentos.
Un amigo suyo, única persona que estuvo presente en el tribunal, aclacó la conducta de la mujer a una posible depresión post parto, además que se está divorciando.
En el interrogatorio le dijo a los investigadores que estaba viviendo en un motel de la carretera 99 con el bebé, hasta que pudo encontrar un refugio. Dijo que desde hace más de un año no usa drogas y no tiene problemas mentales.
Sin embargo, en el informe de la Oficina del Sheriff los oficiales que la arrestaron escribieron que ella estaba bajo la influencia de drogas y alcohol, en el momento de su detención. El niño fue encontrado en buen estado de salud en el motel.
El infante fue entregado a la Administración de Bienestar Infantil que está en custodia de la criatura, pero el nombre del recién nacido no fue revelado por razones legales, además de no saber quién es el padre.
Knowles que había sido arrestada anteriormente por otros delitos y enfrenta varias órdenes de detención, se acercó a una mujer en el establecimiento para ofrecerle la criatura en venta.
Fue presentada ayer martes en la Corte Superior del condado Clark y el juez Robert Lewis le fijó una fianza de 50,000 dólares. Ella recibe 540 del gobierno para ayudarla a mantener el hijo y para cupones de alimentos.
Un amigo suyo, única persona que estuvo presente en el tribunal, aclacó la conducta de la mujer a una posible depresión post parto, además que se está divorciando.
En el interrogatorio le dijo a los investigadores que estaba viviendo en un motel de la carretera 99 con el bebé, hasta que pudo encontrar un refugio. Dijo que desde hace más de un año no usa drogas y no tiene problemas mentales.
Sin embargo, en el informe de la Oficina del Sheriff los oficiales que la arrestaron escribieron que ella estaba bajo la influencia de drogas y alcohol, en el momento de su detención. El niño fue encontrado en buen estado de salud en el motel.
El infante fue entregado a la Administración de Bienestar Infantil que está en custodia de la criatura, pero el nombre del recién nacido no fue revelado por razones legales, además de no saber quién es el padre.
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