Todos los perros lo hacen: olfatear el trasero de otro can es lo más normal del mundo.
Pero, ¿por qué lo hacen?
Aunque parezca una pregunta muy simple, la respuesta no lo es tanto, y es, incluso, más interesante de lo que parece.
El secreto, tal como asegura la Sociedad Química de Estados Unidos (ACR, por sus siglas en inglés) en un video educativo, está en la química.
Los perros tienen, como es sabido, un olfato muy desarrollado. Tanto, que se estima que es entre 10.000 y 100.000 veces más sensible que el olfato humano.
Y cuando dirigen sus hocicos al trasero de otro perro, lo que hacen es recolectar un montón de información sobre el otro animal, desde lo que come hasta su género o su estado emocional.
Es algo así como conversar a través de la química. De hecho, este es solo un ejemplo entre muchos de comunicación química en el reino animal.
Leer mas en: BBC Mundo
Pero, ¿por qué lo hacen?
Aunque parezca una pregunta muy simple, la respuesta no lo es tanto, y es, incluso, más interesante de lo que parece.
El secreto, tal como asegura la Sociedad Química de Estados Unidos (ACR, por sus siglas en inglés) en un video educativo, está en la química.
Los perros tienen, como es sabido, un olfato muy desarrollado. Tanto, que se estima que es entre 10.000 y 100.000 veces más sensible que el olfato humano.
Y cuando dirigen sus hocicos al trasero de otro perro, lo que hacen es recolectar un montón de información sobre el otro animal, desde lo que come hasta su género o su estado emocional.
Es algo así como conversar a través de la química. De hecho, este es solo un ejemplo entre muchos de comunicación química en el reino animal.
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