Una entrevista con la famosa 'barbie de carne y hueso' permite entender que no solamente es un 'muñeca viva', sino una mujer con ideas propias, desgraciadamente bastante racistas. La mezcla de razas lleva a la degradación de la belleza, cree.
Su filosofía es esotérica oriental, pero su apariencia corresponde más bien a los estándares occidentales, cree el entrevistador, el redactor jefe de la versión rusa de la revista 'GQ', Mijaíl Ídov. Pero la 'barbie' Valeria Lukiánova no está de acuerdo. "Todos quieren ser delgados. Todas se operan el pecho. Todos se modifican la cara si no son ideales", argumenta. "Ahora es global", agrega, explicando que los ideales de la belleza se han modificado últimamente debido a la "mezcla de razas".
"Por ejemplo, si una rusa se casa con un armenio, tienen una hija, una niña mona, pero con la nariz de su papá. Ella la refina un poco y está bien. Las etnias se están entremezclando ahora, por eso hay una degeneración, aunque antes no era así. Recuerda cuántas mujeres guapas hubo en los años 50 y 60, sin cirugía alguna. Ahora debido a la degeneración tenemos los que tenemos", explica su posición, que el editor califica de "eugénica".
Agrega también que ella misma prefiere el "tipo nórdico", algo que en contexto de sus palabras anteriores hace al editor entender que está conversando con una "alienígena espacial racista", según confiesa.
Tanto Valeria como su compañera, la también 'muñeca viva' Olga Oleinik, rechazan rotundamente la idea de tener familia. "Prefiero morir torturada —asegura Valeria—porque lo peor que puede haber en el mundo es llevar una vida familiar". No obstante, su posición no es meramente egoísta, como puede parecer inicialmente: argumenta que "la mayoría de la gente tiene hijos para cumplir sus propias ambiciones, y no para dar algo".
Confesó también que no quiere quedarse ni en Ucrania, donde vive ahora y donde no la espera nada bueno, ni en Europa del Este. En cambio podría irse a EE.UU. o a México, ya que ambas 'barbies' están obsesionadas con las pirámides mexicanas.
Su filosofía es esotérica oriental, pero su apariencia corresponde más bien a los estándares occidentales, cree el entrevistador, el redactor jefe de la versión rusa de la revista 'GQ', Mijaíl Ídov. Pero la 'barbie' Valeria Lukiánova no está de acuerdo. "Todos quieren ser delgados. Todas se operan el pecho. Todos se modifican la cara si no son ideales", argumenta. "Ahora es global", agrega, explicando que los ideales de la belleza se han modificado últimamente debido a la "mezcla de razas".
"Por ejemplo, si una rusa se casa con un armenio, tienen una hija, una niña mona, pero con la nariz de su papá. Ella la refina un poco y está bien. Las etnias se están entremezclando ahora, por eso hay una degeneración, aunque antes no era así. Recuerda cuántas mujeres guapas hubo en los años 50 y 60, sin cirugía alguna. Ahora debido a la degeneración tenemos los que tenemos", explica su posición, que el editor califica de "eugénica".
Agrega también que ella misma prefiere el "tipo nórdico", algo que en contexto de sus palabras anteriores hace al editor entender que está conversando con una "alienígena espacial racista", según confiesa.
Tanto Valeria como su compañera, la también 'muñeca viva' Olga Oleinik, rechazan rotundamente la idea de tener familia. "Prefiero morir torturada —asegura Valeria—porque lo peor que puede haber en el mundo es llevar una vida familiar". No obstante, su posición no es meramente egoísta, como puede parecer inicialmente: argumenta que "la mayoría de la gente tiene hijos para cumplir sus propias ambiciones, y no para dar algo".
Confesó también que no quiere quedarse ni en Ucrania, donde vive ahora y donde no la espera nada bueno, ni en Europa del Este. En cambio podría irse a EE.UU. o a México, ya que ambas 'barbies' están obsesionadas con las pirámides mexicanas.