Una nueva investigación japonesa muestra un vínculo potencial entre la calvicie masculina y un mayor riesgo de enfermedad cardiaca coronaria.
Pero solo afecta a los hombres que se están quedando calvos en la coronilla. Los que tienen calvicie inicial en la línea del cabello no están en riesgo, reportaron los investigadores.
Los hallazgos provienen de un análisis de seis estudios publicados sobre la pérdida del pelo y la salud cardiaca en que participaron aproximadamente 37,000 hombres.
Y aunque los investigadores admitieron que el tamaño pequeño de los estudios era una limitación, reportaron que los hombres cuya calvicie afectaba la coronilla se enfrentaban a un aumento de entre el 32 y el 84 por ciento en el riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca, en comparación con los hombres sin calvicie o con una línea de cabello recesiva.
Pero solo afecta a los hombres que se están quedando calvos en la coronilla. Los que tienen calvicie inicial en la línea del cabello no están en riesgo, reportaron los investigadores.
Los hallazgos provienen de un análisis de seis estudios publicados sobre la pérdida del pelo y la salud cardiaca en que participaron aproximadamente 37,000 hombres.
Y aunque los investigadores admitieron que el tamaño pequeño de los estudios era una limitación, reportaron que los hombres cuya calvicie afectaba la coronilla se enfrentaban a un aumento de entre el 32 y el 84 por ciento en el riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca, en comparación con los hombres sin calvicie o con una línea de cabello recesiva.
El autor líder del estudio, el Dr. Tomohide Yamada, del departamento de diabetes y enfermedades metabólicas de la Facultad de Postgrados de Medicina de la Universidad de Tokio, en Japón, reportó sus hallazgos en la edición actual de la revista BMJ Open, e hizo un llamado por más investigación sobre el tema. Aunque la revisión de la investigación descubrió una asociación entre la calvicie y el riesgo de enfermedad cardiaca, no probó un vínculo causal.
La calvicie de patrón masculino (conocida técnicamente como “alopecia androgenética”) afecta a hasta el 40 por ciento de los hombres adultos y es el tipo más común de pérdida del pelo, reportaron los investigadores. Para los 80 años, alrededor de cuatro de cada cinco hombres experimentarán este tipo de calvicie.
Para explorar el vínculo con la enfermedad cardiaca, los investigadores analizaron bases de datos que cubrían el periodo entre 1950 y 2012. De las 850 investigaciones relacionadas, eligieron seis estudios, todos publicados en Estados Unidos, Dinamarca o Croacia entre 1993 y 2008.
En los tres estudios que rastrearon a los pacientes durante un periodo mínimo de once años, la investigación mostró que, en general, los hombres que se estaban quedando calvos se enfrentaban a un aumento del 33 por ciento en el riesgo de enfermedad cardiaca que los demás hombres, y los que tenían entre 55 y 60 años de edad se enfrentaban a un riesgo incluso mayor (del 44 por ciento).
Los otros tres estudios, que comparaban la salud cardiaca de los hombres que se estaban quedando calvos con la de los que no, mostraron un aumento del 70 por ciento en el riesgo de enfermedad en el grupo con calvicie, y un riesgo del 84 por ciento entre los hombres más jóvenes que se estaban quedando calvos.
Además, el riesgo de enfermedad cardiaca de un hombre que se estaba quedando calvo parecía depender de la gravedad de la pérdida del pelo, y una mayor calvicie se traducía en un mayor riesgo, mostraron los estudios.
El equipo de Yamada dijo que el mecanismo responsable subyacente a la conexión no se conoce, pero teorizaron que la calvicie podría ser un marcador de la resistencia a la insulina, la inflamación crónica o una mayor sensibilidad a la testosterona, factores que tienen que ver con el inicio de la enfermedad cardiaca.
Yamada dijo que, independientemente, los hombres que se están quedando calvos deben hacer lo que todos los hombres deberían hacer para controlar el riesgo de enfermedad cardiaca. “Recomiendo adoptar un estilo de vida saludable para el corazón, que incluya una dieta baja en grasa, ejercicio y menos estrés [para mitigar los] factores de riesgo coronario clásicos” como la edad, la hipertensión, los problemas con los lípidos de la sangre y los antecedentes de tabaquismo, aconsejó.
El Dr. Gregg Fonarow, cardiólogo de la Universidad de California, en Los Ángeles, concurrió en que el método comprobado para la salud cardiaca sigue aplicando, independientemente del pelo.
“Claramente, usar un tupé o un sombrero no reduce el riesgo”, bromeó. “Pero sí es verdad que los medios bien establecidos de mantener una dieta y un peso saludables, hacer ejercicio y vigilar la presión arterial y los niveles de colesterol pueden reducir el riesgo de enfermedad cardiaca”.
El Dr. Christopher Cannon, cardiólogo del Hospital Brigham and Women’s de Boston, se mostró de acuerdo.
“Desafortunadamente, esta es una mala noticia para mí, personalmente”, comentó. “Pero si uno tiene un mayor riesgo de enfermedad cardiaca, como parece sucederme a mí, entonces debe intentar reducir ese riesgo haciendo las cosas que hace mucho se ha mostrado que ayudan. Y esté pendiente a investigaciones futuras que podrían ayudarnos a comprender mejor cuáles son los motivos subyacentes”.
Fuente HealthDay
La calvicie de patrón masculino (conocida técnicamente como “alopecia androgenética”) afecta a hasta el 40 por ciento de los hombres adultos y es el tipo más común de pérdida del pelo, reportaron los investigadores. Para los 80 años, alrededor de cuatro de cada cinco hombres experimentarán este tipo de calvicie.
Para explorar el vínculo con la enfermedad cardiaca, los investigadores analizaron bases de datos que cubrían el periodo entre 1950 y 2012. De las 850 investigaciones relacionadas, eligieron seis estudios, todos publicados en Estados Unidos, Dinamarca o Croacia entre 1993 y 2008.
En los tres estudios que rastrearon a los pacientes durante un periodo mínimo de once años, la investigación mostró que, en general, los hombres que se estaban quedando calvos se enfrentaban a un aumento del 33 por ciento en el riesgo de enfermedad cardiaca que los demás hombres, y los que tenían entre 55 y 60 años de edad se enfrentaban a un riesgo incluso mayor (del 44 por ciento).
Los otros tres estudios, que comparaban la salud cardiaca de los hombres que se estaban quedando calvos con la de los que no, mostraron un aumento del 70 por ciento en el riesgo de enfermedad en el grupo con calvicie, y un riesgo del 84 por ciento entre los hombres más jóvenes que se estaban quedando calvos.
Además, el riesgo de enfermedad cardiaca de un hombre que se estaba quedando calvo parecía depender de la gravedad de la pérdida del pelo, y una mayor calvicie se traducía en un mayor riesgo, mostraron los estudios.
El equipo de Yamada dijo que el mecanismo responsable subyacente a la conexión no se conoce, pero teorizaron que la calvicie podría ser un marcador de la resistencia a la insulina, la inflamación crónica o una mayor sensibilidad a la testosterona, factores que tienen que ver con el inicio de la enfermedad cardiaca.
Yamada dijo que, independientemente, los hombres que se están quedando calvos deben hacer lo que todos los hombres deberían hacer para controlar el riesgo de enfermedad cardiaca. “Recomiendo adoptar un estilo de vida saludable para el corazón, que incluya una dieta baja en grasa, ejercicio y menos estrés [para mitigar los] factores de riesgo coronario clásicos” como la edad, la hipertensión, los problemas con los lípidos de la sangre y los antecedentes de tabaquismo, aconsejó.
El Dr. Gregg Fonarow, cardiólogo de la Universidad de California, en Los Ángeles, concurrió en que el método comprobado para la salud cardiaca sigue aplicando, independientemente del pelo.
“Claramente, usar un tupé o un sombrero no reduce el riesgo”, bromeó. “Pero sí es verdad que los medios bien establecidos de mantener una dieta y un peso saludables, hacer ejercicio y vigilar la presión arterial y los niveles de colesterol pueden reducir el riesgo de enfermedad cardiaca”.
El Dr. Christopher Cannon, cardiólogo del Hospital Brigham and Women’s de Boston, se mostró de acuerdo.
“Desafortunadamente, esta es una mala noticia para mí, personalmente”, comentó. “Pero si uno tiene un mayor riesgo de enfermedad cardiaca, como parece sucederme a mí, entonces debe intentar reducir ese riesgo haciendo las cosas que hace mucho se ha mostrado que ayudan. Y esté pendiente a investigaciones futuras que podrían ayudarnos a comprender mejor cuáles son los motivos subyacentes”.
Fuente HealthDay
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