Cuando hace un mes escribía en un post de las víctimas del macho Alfa, lo hacía de las mujeres que se han quedado hechas polvo por el abandono de uno de estos superhombres.
Pero los que luego recogen a esas mujeres rotas y las recomponen -o intentan recomponerlas- con su dedicación, con sus mimos y un amor infinito también son víctimas del macho Alfa.
Lo son porque muchas veces no consiguen enderezar una relación que ha empezado coja de una pata, porque la chica sigue colgada del “calavera” y porque ellos se enamoran y se entregan con una intensidad que no es correspondida en la misma medida. Con lo que eso duele.
Tengo un amigo al que le acaba de pasar esto y sufre de desamor.
Pero los que luego recogen a esas mujeres rotas y las recomponen -o intentan recomponerlas- con su dedicación, con sus mimos y un amor infinito también son víctimas del macho Alfa.
Lo son porque muchas veces no consiguen enderezar una relación que ha empezado coja de una pata, porque la chica sigue colgada del “calavera” y porque ellos se enamoran y se entregan con una intensidad que no es correspondida en la misma medida. Con lo que eso duele.
Tengo un amigo al que le acaba de pasar esto y sufre de desamor.
Ha estado tres años de “lucha” con una mujer a la que sigue queriendo con locura, pero acaban de romper.
Ella se quedó anclada en otra historia y estaba a medias, dice mi amigo.
“Nunca me perteneció del todo, no pudo entregarse a lo nuestro, porque estaba rota, la había dejado destrozada su anterior pareja, un Alfa de tantos que van dejando cadáveres a su paso. Ahora el roto soy yo”.
Porque los hombres también sufren de desamor, igual que las mujeres. Y pueden llorar y volverse locos de amor, como nosotras.
Lo dice él: “Aunque para algunos es impensable que un hombre pueda sufrir por esta causa, yo me siento mal, fatal porque mi relación se ha terminado”. Fuente: blogs.20minutos.es
Ella se quedó anclada en otra historia y estaba a medias, dice mi amigo.
“Nunca me perteneció del todo, no pudo entregarse a lo nuestro, porque estaba rota, la había dejado destrozada su anterior pareja, un Alfa de tantos que van dejando cadáveres a su paso. Ahora el roto soy yo”.
Porque los hombres también sufren de desamor, igual que las mujeres. Y pueden llorar y volverse locos de amor, como nosotras.
Lo dice él: “Aunque para algunos es impensable que un hombre pueda sufrir por esta causa, yo me siento mal, fatal porque mi relación se ha terminado”. Fuente: blogs.20minutos.es
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