No hay duda de que la actividad humana puede provocar terremotos: las pruebas nucleares, las construcción de represas hidroeléctricas y la minería son algunas de las actividades que han sido vinculadas con los temblores.
El tema es cuán grandes son estos temblores y si hubiesen ocurrido de todas maneras.
El tema es cuán grandes son estos temblores y si hubiesen ocurrido de todas maneras.
Cuando Estados Unidos llevó a cabo en noviembre de 1971 la prueba nuclear más grande que nunca antes se haya realizado, en Alaska, generó la misma energía sísmica que un terremoto de 7º en la escala de Richter.
Sin embargo, a pesar de su potencia, la explosión sólo provocó unos pocos temblores menores, del tipo que suelen ocurrir en la región.
Lo mismo ocurre con la minería y las perforaciones: pueden generar sacudidas naturales leves, pero no terremotos a gran escala.
Sin embargo, a pesar de su potencia, la explosión sólo provocó unos pocos temblores menores, del tipo que suelen ocurrir en la región.
Lo mismo ocurre con la minería y las perforaciones: pueden generar sacudidas naturales leves, pero no terremotos a gran escala.