Aunque muchos no lo crean, a decenas de métodos anticonceptivos recurrieron las parejas a lo largo de la historia hasta antes de conocer el preservativo o la píldora. Si bien la gran mayoría no cumplía su cometido, algunos sí resultaban eficaces, pero no por eso eran menos extravagantes.
- Crema de estiércol de cocodrilo. Es uno de los primeros anticonceptivos de los que se tiene registro, de acuerdo al llamado “Papiro de Petri” –primer texto médico del que se tiene noticia–. La pasta preparada a base de estiércol de cocodrilo y miel era usada por las mujeres egipcias antes del coito. Según la revista Time, el estiércol crea un ambiente alcalino que hace imposible la supervivencia de los espermatozoides. Una receta similar consistía en irritar la vagina con miel y bicarbonato de sodio natural.
- Agua del herrero. En la antigua Grecia corrió la idea de que si las mujeres bebían el agua que los herreros usaban para enfriar los metales no quedarían embarazadas. Ocurre que el plomo las dejaba estériles o las mataba.
- Mercurio caliente. En el texto Sun SSu Mo se lee que las mujeres en la antigua China tomaban mercurio caliente y aceite con el estómago vacío para evitar el embarazo o causar un aborto. Naturalmente, esta práctica era muy peligrosa.
- Estornudo anticonceptivo. El médico romano Sorano de Éfeso –padre de la ginecología– recomendó a las mujeres durante el siglo II d.C. ponerse en cuclillas y estornudar después de una relación sexual para evitar la concepción. En el caso de las más fértiles, les decía que no quedarían embarazadas si saltaban siete veces lo más alto posible.
- Papel de bambú. En Asia se bañaba el papel de bambú con una sustancia ácida y se introducía en la vagina antes del acto sexual. En el Mediterráneo ocurría algo muy parecido, las mujeres usaban el ácido del limón como espermicida.
- Testículo de comadreja. Durante la Edad Media en Europa se creía que amarrar los testículos de una comadreja en la pierna de la mujer evitaba su embarazo.
- Ano de una liebre como amuleto. En la Edad Media se creía mucho en los amuletos para evitar la concepción. Uno de ellos consistía en una especie de corona hecha con el ano de una liebre.
- Esponjas. Para los seguidores del Talmud, libro de discusiones rabínicas sobre las leyes, tradiciones, costumbres, leyendas e historias judías, las esponjas de mar fueron por mil años unos buenos anticonceptivos.
- Condones de piel. Por el siglo XVII, los condones estaban hechos con piel animales. De esa manera se evitaba la concepción y contraer enfermedades como la sífilis. Mucho antes, los romanos inventaron los preservativos de intestinos de cerdos bañados en leche. También hay datos de condones de concha de tortuga y cuernos. Mucho después iniciaría la producción del preservativo de látex.
- Baños vaginales de Coca-Cola. En los años 50 se habló mucho del uso de la bebida gaseosa para baños vaginales. Más allá de la soda, las duchas vaginales no son métodos eficaces. En el antiguo Egipto, las mujeres de la realeza realizaban similar práctica con un juego extraído de las plantas de cicuta o té verde.
- Agua del herrero. En la antigua Grecia corrió la idea de que si las mujeres bebían el agua que los herreros usaban para enfriar los metales no quedarían embarazadas. Ocurre que el plomo las dejaba estériles o las mataba.
- Mercurio caliente. En el texto Sun SSu Mo se lee que las mujeres en la antigua China tomaban mercurio caliente y aceite con el estómago vacío para evitar el embarazo o causar un aborto. Naturalmente, esta práctica era muy peligrosa.
- Estornudo anticonceptivo. El médico romano Sorano de Éfeso –padre de la ginecología– recomendó a las mujeres durante el siglo II d.C. ponerse en cuclillas y estornudar después de una relación sexual para evitar la concepción. En el caso de las más fértiles, les decía que no quedarían embarazadas si saltaban siete veces lo más alto posible.
- Papel de bambú. En Asia se bañaba el papel de bambú con una sustancia ácida y se introducía en la vagina antes del acto sexual. En el Mediterráneo ocurría algo muy parecido, las mujeres usaban el ácido del limón como espermicida.
- Testículo de comadreja. Durante la Edad Media en Europa se creía que amarrar los testículos de una comadreja en la pierna de la mujer evitaba su embarazo.
- Ano de una liebre como amuleto. En la Edad Media se creía mucho en los amuletos para evitar la concepción. Uno de ellos consistía en una especie de corona hecha con el ano de una liebre.
- Esponjas. Para los seguidores del Talmud, libro de discusiones rabínicas sobre las leyes, tradiciones, costumbres, leyendas e historias judías, las esponjas de mar fueron por mil años unos buenos anticonceptivos.
- Condones de piel. Por el siglo XVII, los condones estaban hechos con piel animales. De esa manera se evitaba la concepción y contraer enfermedades como la sífilis. Mucho antes, los romanos inventaron los preservativos de intestinos de cerdos bañados en leche. También hay datos de condones de concha de tortuga y cuernos. Mucho después iniciaría la producción del preservativo de látex.
- Baños vaginales de Coca-Cola. En los años 50 se habló mucho del uso de la bebida gaseosa para baños vaginales. Más allá de la soda, las duchas vaginales no son métodos eficaces. En el antiguo Egipto, las mujeres de la realeza realizaban similar práctica con un juego extraído de las plantas de cicuta o té verde.