Negliencia pura. En la provincia de Las Palmas de Gran Canaria, España, un hombre (37) llegó al servicio de Urgencias del Hospital Insular quejándose de fuertes dolores en el estómago, por lo que fue internado.
Grande fue la sorpresa de los galenos, al encontrarle dos pinzas quirúgicas de 15 centímetros de largo dispuestas de forma oblicua desde la cadera hasta las costillas.
Grande fue la sorpresa de los galenos, al encontrarle dos pinzas quirúgicas de 15 centímetros de largo dispuestas de forma oblicua desde la cadera hasta las costillas.
El paciente relató a los médicos que, días antes, había sido operado en un centro privado de la isla de Gran Canaria de un ulcus perforado (una complicación de una úlcera gástrica o duodenal) y que poco después fue intervenido de nuevo por presencia de sangre en la cavidad abdominal, operación en la que le extirparon el bazo.