El amor nos cambia, desgraciadamente no siempre para bien. A veces, amar con intensidad a alguien, nos provoca sentimientos confusos. Es tanto el bienestar que sentimos al estar enamorados, que de pronto empezamos a temer perderlo y hacemos todo por evitar que eso suceda, aun cosas que van en contra del amor y que no son buenas ni para nuestra pareja, ni para nosotros.
Los celos son la sospecha, inquietud o recelo de que la persona amada haya mudado o mude su deseo o cariño para ponerlo en alguien más. La sola idea de que suceda nos pone los pelos de punta; pero cuando entramos en la dinámica de los celos crónicos, eso que al principio sólo era un sentimiento negativo e incómodo, se integra a nuestra vida como una dosis de veneno, que poco a poco va acabando no sólo con el amor de pareja sino con nuestra autoestima y nos va matando.