Los científicos de las universidades de Edimburgo, Escocia, y de Ludwig Maximilians en Munich, Alemania, estudiaron a más 10.000 habitantes de Europa.
Encontraron que quienes poseen una variante genética, llamada ABCC9, necesitan unos 30 minutos adicionales de sueño cada noche que quienes no tienen este gen.
Tal como explican los científicos en la revista Molecular Psychiatry (Psiquiatría Molecular) uno de cada cinco europeos tienen este gen.
Encontraron que quienes poseen una variante genética, llamada ABCC9, necesitan unos 30 minutos adicionales de sueño cada noche que quienes no tienen este gen.
Tal como explican los científicos en la revista Molecular Psychiatry (Psiquiatría Molecular) uno de cada cinco europeos tienen este gen.
Y esto, agregan, puede explicar las "conductas de sueño" de los seres humanos.
Se sabe que las necesidades de sueño de la gente pueden variar drásticamente de una persona a otra.
Entre los ejemplos conocidos más extremos están el de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher que podía funcionar con sólo cuatro horas de sueño cada noche y el de Albert Einstein que necesitaba 11 horas.
En el estudio participaron habitantes de las Islas Orcadas (en el norte de Escocia), Croacia, Holanda, Italia, Estonia y Alemania.
Cada uno de los individuos respondió cuestionarios sobre sus "conductas" de sueño, incluidas las horas que dormían, y también entregaron muestras de sangre para un análisis de ADN.
El cuestionario incluía preguntas sobre cómo era su patrón de sueño en sus días libres, cuando la gente no necesita levantarse para trabajar al día siguiente, su uso de medicamentos para dormir y sus turnos de trabajo.
Cuando los investigadores compararon estos datos con los resultados de su análisis genético encontraron que quienes tenían la variante del gen ABCC9 necesitaban más sueño que el promedio de ocho horas.
Posteriormente estudiaron cómo este gen actúa en la mosca de la fruta, que también tienen este gen, y encontraron que aquéllas que no tenían la variante dormían tres horas menos que el promedio.
Se sabe que las necesidades de sueño de la gente pueden variar drásticamente de una persona a otra.
Entre los ejemplos conocidos más extremos están el de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher que podía funcionar con sólo cuatro horas de sueño cada noche y el de Albert Einstein que necesitaba 11 horas.
En el estudio participaron habitantes de las Islas Orcadas (en el norte de Escocia), Croacia, Holanda, Italia, Estonia y Alemania.
Cada uno de los individuos respondió cuestionarios sobre sus "conductas" de sueño, incluidas las horas que dormían, y también entregaron muestras de sangre para un análisis de ADN.
El cuestionario incluía preguntas sobre cómo era su patrón de sueño en sus días libres, cuando la gente no necesita levantarse para trabajar al día siguiente, su uso de medicamentos para dormir y sus turnos de trabajo.
Cuando los investigadores compararon estos datos con los resultados de su análisis genético encontraron que quienes tenían la variante del gen ABCC9 necesitaban más sueño que el promedio de ocho horas.
Posteriormente estudiaron cómo este gen actúa en la mosca de la fruta, que también tienen este gen, y encontraron que aquéllas que no tenían la variante dormían tres horas menos que el promedio.