De acuerdo con las creencias populares, los brujos o curanderos tienen la capacidad, por encargo o voluntad de los interesados, de convertir a las personas en animales para su protección o para ellos mismos realizar mejor su trabajo; son los "galipotes".
Estos, por la magia, pueden escapar cuando los están buscando gracias a la capacidad del mimetismo de asumir diferentes formas de animales, de ser inmunes a filos de puñales, cuchillos, machetes y balas, así como a la acción de oraciones y resguardos.