Cada día mueren 100 personas a causa de una sobredosis en Estados Unidos y la mayoría ocurren con medicamentos que requieren una receta médica. El problema, que ya alcanzó niveles epidémicos según un informe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de ese país, está causando más muertes que la heroína y cocaína combinadas.
Y los fármacos que están causando el mayor daño son los analgésicos que se recetan para el dolor, principalmente aquellos que contienen opioides como la codeína y morfina, señala el organismo.
Según el informe, "hay un extenso abuso y mal uso de medicamentos que requieren prescripción, y una de cada 20 personas de 12 años o más en ese país -unos 12 millones- utilizó estos fármacos de forma no médica", es decir, sin una receta o sólo por el efecto de "estar colocado" que causan.
Y los fármacos que están causando el mayor daño son los analgésicos que se recetan para el dolor, principalmente aquellos que contienen opioides como la codeína y morfina, señala el organismo.
Según el informe, "hay un extenso abuso y mal uso de medicamentos que requieren prescripción, y una de cada 20 personas de 12 años o más en ese país -unos 12 millones- utilizó estos fármacos de forma no médica", es decir, sin una receta o sólo por el efecto de "estar colocado" que causan.
Por ello, cada año mueren 15.000 personas a causa de una sobredosis con estos medicamentos, mientras que por sobredosis de heroína y cocaína mueren 4000 personas anualmente en Estados Unidos.
Los estudios médicos afirman que los analgésicos opioides funcionan en receptores del cerebro para reducir la percepción de dolor y al mismo tiempo crean una sensación de euforia. Pero también pueden tener un efecto sedante.
Las sustancias pueden producir dependencia y su abuso conduce a dosis cada vez más grandes para lograr el efecto de euforia y reducir el síndrome de abstinencia. Estas dosis cada vez más grandes pueden causar disminución de la respiración, pérdida de conocimiento y muerte por sobredosis.
Los estudios médicos afirman que los analgésicos opioides funcionan en receptores del cerebro para reducir la percepción de dolor y al mismo tiempo crean una sensación de euforia. Pero también pueden tener un efecto sedante.
Las sustancias pueden producir dependencia y su abuso conduce a dosis cada vez más grandes para lograr el efecto de euforia y reducir el síndrome de abstinencia. Estas dosis cada vez más grandes pueden causar disminución de la respiración, pérdida de conocimiento y muerte por sobredosis.