En su 125 aniversario la génesis de la bebida señala a un farmaceútico estadounidense como su inventor. Lo que no cuenta la historia es que seis años antes en Aielo de Malferit, un pequeño pueblo valenciano, en España, inventaron un jarabe con un sospechoso parecido, la Nuez de Cola Coca. La multinacional iría hasta allí a comprarles la patente.
La bebida, que todavía se produce, tenía además un sabor parecido (aunque más concentrado), el mismo color y la misma base: nuez de Kola y hojas de coca de Perú. En un principio se llamaba Anís Celestial y se etiquetaba como jarabe de la Fábrica de Licores de Aielo.
En 1886, un farmacéutico de Atlanta, John Pemberton, buscaba crear un brebaje medicinal con una mezcla de hojas de coca y semillas de cola.
Al comienzo le llamaría Wine Coca (vino de coca), antes de que su contador le propusiera llamarle Coca Cola y de que se convirtiera en un fenómeno mundial.
A los habitantes de Aielo de Malferit no les convence esa historia, de hecho, dan por sentado el origen valenciano de la bebida. El pueblo, señalan con orgullo, es la cuna de dos acontecimientos milagrosos: el refresco más popular del mundo y la voz más prodigiosa: Nino Bravo. Ambos cuentan con su propio museo.
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