Además de los problemas sexuales, los síntomas del declive masculino pueden llegar a ser parecidos a los femeninos: accesos de calor y cambios psicológicos. Lo que no existe es la “postmenopausia masculina”, ya que, una vez que comienza el declive de la testosterona, no se detiene.
El descenso de los niveles de testosterona puede provocar cambios en el tejido muscular y densidad mineral, aumento de la grasa abdominal, aumento del colesterol, deterioro de la función cardiaca y trastornos sexuales y psicológicos.
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El papel que la testosterona juega en el declive masculino aún es objeto de estudio, así como la conveniencia de emplear tratamientos hormonales sustitutorios: qué cantidad administrar, cuándo comenzar el tratamiento, efectos secundarios… Estos tratamientos podrían ser más beneficiosos en varones con problemas cardiacos, diabetes o malnutrición, casos en los que el descenso de la testosterona es mayor.
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